La Junta Directiva del Banco de la República, en una votación de seis a uno, decidió aumentar las tasas de interés en 100 puntos básicos, con lo que el indicador llegó al 10 % y es el más alto desde julio de 2008.
“La inflación total en agosto se situó en 10,8 % por encima del 9,9 % anual esperado por el equipo técnico. La inflación básica (sin alimentos ni regulados) mantuvo una tendencia creciente superior a la estimada, y alcanzó el 6,9 % anual en dicho mes”, se lee en la comunicación del emisor.
También se tiene en cuenta que las expectativas de inflación de mediano plazo aumentaron y se situaron lejos de la meta de 3 %.
Adicionalmente, y por cuenta de un mayor ritmo de actividad económica el equipo técnico aumentó el pronóstico de crecimiento del PIB para 2022 de 6,9 % a 7,8 %.
Pero para los próximos meses hay señales de desaceleración en la actividad productiva. El equipo técnico revisó su pronóstico de crecimiento para 2023 de 1,1 % a 0,7 %.
Leonardo Villar, gerente del Banco de la República, explicó que hay que tener en cuneta en esa revisión del pronóstico que el nivel de actividad y de ingreso, incluso el próximo año, va a ser más alto al que se estaba previendo.
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“La política monetaria de los países desarrollados se ha tornado más contractiva de lo previsto, lo cual se ha reflejado en un deterioro de las condiciones financieras internacionales y en una significativa depreciación del peso y de otras monedas. Los temores de una recesión global han aumentado induciendo reducciones en el precio de las materias primas”, agrega la Junta del emisor.
Otras expectativas
Sobre el anuncio, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, añadió que la lucha contra la inflación sigue siendo el esfuerzo número uno con las decisiones de alza en las tasas de interés y se espera que haya un freno del aumento de precios. La inflación, dijo Ocampo, ha sido un proceso frustrante, sobre todo con el dato de agosto.
“El dato de septiembre va a ser más positivo. Las expectativas de inflación cambian demasiado con base en la información que se da a un mes o con muy poca información”, agregó Ocampo.
Y agregó también que con una inflación más alta, los empresarios empiezan a fijar precios más altos y salarios más altos, siendo un fenómeno muy complejo de manejar, lo que es un proceso difícil de controlar.
Empezar a reducir el ritmo de alzas de las tasas de interés o incluso bajarlas va a depende mucho, agregó el ministro, de cómo vayan comportándose las expectativas de inflación.