Muchos analistas apostaban por el fin de los negocios de oficinas compartidas (coworking) con la llegada de la pandemia por Covid-19.
No obstante, el fin de los aislamientos y los contagios masivos llevó a que estas compañías resurgieran y retomaran la tracción que traían antes de la emergencia sanitaria.
El regreso a las oficinas le dio un nuevo aire, pero, ahora, se preparan para una nueva etapa del negocio de coworking, que dio un giro de 180 grados tras la pandemia. Lea más Noticias Empresariales.
Así lo confirma Claudia Woods, directora ejecutiva para WeWork en América Latina, quien habló con Valora Analitik.
La directiva contó detalles de cómo cambió su negocio -tanto interna como externamente-, lo que se viene para la empresa en el corto y mediano plazo y las nuevas líneas de negocio que están estudiando.
¿Qué radiografía tienen del uso de espacios para trabajo para el trabajo?
Antes teníamos dos modelos: oficinas o estar en casa, pero ahora vemos que los empleados no quieren ir a las oficinas todos los días, pero quieren salir de casa.
Hoy, en WeWork estamos listos para los tres modelos; para quienes siguen siendo tradicionales y quieren estar todo el tiempo en oficinas; estamos listos para empresas que no quieren, pero necesitan encuentros de planeación y en momentos que tiene sentido que estén juntos.
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Y, lo más común, es un combo de los dos: empresas que tienen oficinas porque necesitan tener su marca y colores, algo más de cultura. Pero los empleados no necesitan ir todos los días.
En WeWork conseguimos cambiar nuestro modelo de negocio para ofrecer todas estas opciones.
Es decir, ¿WeWork ahora se adapta a lo que las empresas necesitan?
Así es. Ese fue un cambio muy grande para nosotros, porque antes teníamos una mentalidad de “tienes que ser nuestro miembro para tener acceso a estos beneficios”.
Hoy, literalmente, la definición del metro cuadrado cambió, porque una persona puede venir un día por semana o por mes, o solo cuando tenga un viaje y requiera un espacio para hacer sus reuniones.
Y, para nosotros, también fue un ajuste interno. Le enseñamos a todo nuestro equipo que cambiamos y que somos una empresa más de tecnología que de espacios, porque para poder hacer todo eso, debemos tener el control y el aplicativo que permite las reservas, etc.
Además, por ejemplo, no teníamos un comercio electrónico; todo era por contratos de membresía con equipos jurídicos, pero ahora se puede reservar un espacio con una tarjeta de crédito.
Tuvimos que cambiar mucho para hacer contratos simples, que pueden verse en el teléfono y comprar al instante, y con esto creo que atrajimos talentos nuevos, por ejemplo, de startups y tecnológicas, entre otras.
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En general, en Colombia ya estamos con más de 81 % de ocupación y ahora viene la parte más complicada del paso, porque lo que tenemos por vender, tenemos que encontrar a las empresas que tienen necesidades de los espacios que tenemos disponibles.
Aún así, en Barranquilla, por ejemplo, ya no tenemos disponibilidad y ahí empieza todo el tema de cómo vamos a crecer.
¿Cómo es eso?
En el pasado, WeWork crecía buscando otro edificio o haciendo un proceso de obra que tomaba un año para estar listos en un sitio en particular.
Ahora lo que miramos es que las personas quieren estar trabajando en diversos puntos, no solo en las grandes ciudades. Con la pandemia, la gente ya no va tanto a centros corporativos o empresariales.
En general, hubo una transformación en buena parte de los procesos, aunque WeWork ya estaba adelantado, ya que siempre ha vendido el tema de flexibilidad en el trabajo.
Eso sí, tuvimos que comprender cómo cambió el negocio, y esto incluye crecer con socios o aliados en muchos sitios.
¿Por qué se da esta movida con socios?
Muchas veces, ya existe un co-working en una ciudad más pequeña, que está muy establecido y tiene un modelo muy similar al nuestro. Entonces, ¿por qué tenemos que entrar en ese mercado como una competencia?
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Podemos juntarnos y aportar todo nuestro conocimiento del negocio, sobre cómo gerenciar espacios o los costos, hacer el marketing, etc. Podemos hacerlo en conjunto con un socio.
Tenemos muchas novedaeds, porque el negocio cambió completamente, pero tenemos unos ejes: estar en muchos sitios, trabajar en encontrar socios que hacen sentido para WeWork y trabajar con los miembros.
¿Con toda la data que tienen, WeWork podría cambiar a ser un negocio enfocado en consultoría?
Más que de consultoría, diría que de tecnología. Se necesita de la tecnología para organizar qué día vienen unas personas y cuáles no, en qué puesto van a reservar, si vienen o no con su equipo, etc.
Se debe gerenciar, además, la llegada al sitio de trabajo, la elección del punto en el que se trabajará, quiénes estarán, con quién se trabajará, entre otras cosas. Todo eso implica temas de tecnología.
Este será un tema clave, por ejemplo, para empresas multinacionales, que probablemente comprarán paquetes en varios países y tenemos que darles soporte, hacer entrenamiento y ayudar realmente a las empresas para su trabajo.
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Estamos trabajando en esto y será una parte de un WeWork nuevo, que estamos empezando ahora y no sabemos adónde podremos llegar.
¿Qué sigue para WeWork Colombia en este resto de año?
Vamos a abrir más puntos. Estamos analizando cómo llegaremos, pero a final de año estaremos listos para definir cuáles serán y tal vez abrirlos en el 2023.
Estudiaremos los mercados y los posibles aliados estratégicos, pero todo dependerá de las demandas específicas.
En los demás países manejamos otros tiempos. Brasil, por ejemplo, está como un trimestre antes que Colombia, lo que indica que vamos a empezar a crecer en unos tres meses adelante.