Juan Daniel Oviedo, exdirector del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), y quien recientemente anunció su intención de convertirse en candidato a la Alcaldía de Bogotá, habló con Valora Analitik sobre la que sería su propuesta para la ciudad, un proyecto basado en evidencia, información y datos.
Recientemente se conoció su aspiración a la Alcaldía de Bogotá, ¿cuál fue su motivación?
La principal motivación se debe a el valor que generó mi gestión no sólo frente al DANE, sino frente al país. De cómo vamos a visibilizar ese valor público que generan las estadísticas oficiales y cómo estas pueden ponerle cara y lugar a muchos problemas.
Ese sentimiento de agradecimiento por haber cumplido una labor, por haber dicho la verdad me hizo pensar que verdaderamente pueden ser muchas las personas que están conscientes de que el servicio público, y en este caso la política, pueden ser vehículos de transformación a partir de un gobierno a ciencia cierta, es decir, basado en evidencia y en información.
¿Cuándo lo definió?
Yo tenía claro que iba a hacer mi maestría en historia del arte en Florencia, Italia, y cuando yo vi ese reconocimiento que se incrementó hacia finales de la gestión, pues quise buscar un escenario en el cual pudiéramos aprovechar ese reconocimiento como un factor que apalancara el desarrollo.
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Lo anterior, inicialmente era en el Ejecutivo, con el presidente Gustavo Petro en la continuidad del DANE, no se pudo dar y rápidamente el cronograma político establecía que las elecciones de alcaldes y van a estar en un horizonte de un año, por consiguiente, me di cuenta cuando presentaba los resultados de la encuesta multipropósito de Bogotá, el 1 de julio de este año, que la ciudad tiene un conjunto de herramientas de información muy potentes para poder ejercer un plan de gobierno en cinco variables: movilidad, seguridad, empleabilidad y formalización, reducción de la pobreza y equidad multidimensional.
¿Qué viene ahora en ese proceso hacia la Alcaldía?
Este proceso será independiente, de firmas, y recogidas por mí un equipo de voluntarios, no vamos al tercerizar el proceso porque quisiera aprovecharlo para ser muy transversal en el reconocimiento de los problemas.
Esas cinco líneas son las que yo quisiera entrar a discutir con la ciudadanía en octubre cuando ya se formalicen todos los trámites legales para poder consolidar y reportar ante la Registraduría el movimiento cívico para poder iniciar el proceso de recolección de firmas.
Esperaría que entre octubre y febrero pudiéramos nutrir esos cinco capítulos, con la identificación localizada de los problemas diferenciales. Eso para tener una propuesta enriquecida hacia febrero o marzo y ponerla a discusión pública cuando ya tengamos otros candidatos.
Quisiera también pensar en que el ciudadano vote no solamente por una persona sino por un equipo. Es decir, buscar identificar esas personas que podrían llevar las voces en materia de educación, en materia de salud, de planeación, de movilidad para que las personas vean que no se trata solamente de una persona sino de un equipo.
¿Ya tiene nombres para su posible equipo?
No, y es porque eso es un tema que surgió en el momento de mi salida del DANE y hasta el 7 de agosto Juan Daniel Oviedo al 1.000 % fue del DANE. Yo no quise distraerme pensando en este tema. Entonces en ese tiempo de reposo y de reflexión he tenido la oportunidad de aterrizar los principales lineamientos de lo que quiero que suceda en la campaña y el cronograma.
Podríamos estar pensando que hacía mayo o junio uno ya pudiera tener definido quiénes serían esas personas, muchas de ellas pueden tener hoy una vinculación profesional donde es muy difícil pensar en un nombre en particular cuando en realidad falta un año. Yo me estoy metiendo en el barco de no emplearme para dedicarme de lleno a la campaña de acá hasta octubre, pero otras personas no pueden tomar esa decisión.
¿Ha contemplado alianzas?
Ese es el concepto de convergencia y en este momento yo he recibido llamadas, intereses de conversación de diferentes líderes políticos, pero mi posición siempre ha sido que esto va por firmas, es independiente. Lo que vamos a conversar con las diferentes líneas políticas es cómo definimos los criterios para que haya convergencia en las propuestas, y con eso se pueden lograr adiciones en donde, sin descalificar, la esencia de este proyecto sea el trabajo, propuestas y ganas de hacer una gestión puesta al servicio de los ciudadanos, honesta, pero también inteligente.
Si las cosas se dan yo voy a inaugurar el mecanismo de segunda vuelta en las elecciones de alcalde y, por consiguiente, esa segunda vuelta requiere que desde muy temprano quede claros cuáles son las reglas de convergencia.
¿En qué se basaría su plan de gobierno?
El ejercicio de reflexión que he hecho estas semanas me llevó a concluir que tenemos avances significativos por gobiernos previos y estrategias muy importantes que ha liderado la alcaldesa Claudia López.
Pero también con la situación coyuntural hay dos problemas que están siendo altamente visibles por parte de la opinión, que son la movilidad y la seguridad ciudadana, que requieren pensar respuestas alternativas.
En términos de movilidad, la gran pregunta que estamos tratando de responder en los estudios que estamos desarrollando es cómo podemos pensar en una ciudad que se mueva menos, es decir, que crezca, que trabaje, pero que sus ciudadanos tengan una menor demanda de movilidad.
Hay que reflexionar sobre incentivos que permita a empleadores recibir beneficios por tener porcentajes de su planta de personal en teletrabajo; además porque durante 10 años vamos a estar altamente trastornados con la construcción de la primera y la segunda línea del metro.
Hay otras asociadas con algunos principios del Plan de Ordenamiento Territorial, que está vigentes, que buscan pensar ciudades dentro de las ciudades, es decir, pensar que cada una de las localidades de Bogotá pueda tener una oferta diversa de bienes públicos, de entretenimiento, gastronómica, que les dé a los habitantes una oportunidad para satisfacer sus necesidades dentro de su misma localidad.
Entonces son medidas de deslocalización y, sobre todo, una discusión muy profunda con los flujos de movilidad que se generan entre Bogotá y los municipios.
¿Y sobre seguridad ciudadana?
En el tema de seguridad ciudadana los esquemas de ir con más fuerza pública para establecer una mejora una probabilidad de mejora de las condiciones de seguridad de la ciudad van agotando su efectividad, y por consiguiente es clave que nosotros podamos tener una reconversión de esas grandes tendencias de cultura ciudadana.
Se requieren medios alternativos que permitan generar conciencia sobre una mejora de las condiciones de seguridad de la ciudad, y también pensar que la percepción de inseguridad también se mueve en función de otras variables que no son necesariamente la fuerza pública, sino por ejemplo bienes públicos de alumbrado, las condiciones espaciales de la ciudad se vuelven herramientas que pueden ayudar a mejorar la percepción de inseguridad.
¿Cuál es la propuesta en empleabilidad?
El sacudón que recibió Bogotá como consecuencia de la pandemia fue mucho más fuerte que para otras ciudades y ha sido mucho más lenta la recuperación.
La pandemia llevó a que muchos empresarios optimizaran procesos, es decir, que pudieran a partir de la reactivación hacer lo mismo con menos y por consiguiente tienen una menor demanda de empleos.
Esas personas no han vuelto a su trabajo y es importante establecer unos planes de reconversión de competencias y de identificación de nuevas áreas, sobre todo para los jóvenes, que pueden estar basadas en estas iniciativas del fomento al teletrabajo para la prestación de servicios, de forma que deslocalizada, pero con infraestructura de conectividad.
Pero en ese punto empleabilidad también hay que pensar claramente cómo Bogotá, que es la ciudad que está más cerca de la formalidad de todas las ciudades del país, solamente 33 %, uno de cada tres ocupados, se encuentra en condiciones de informalidad, cómo podemos avanzar en una formalización incluyente.
En las pymes hay un segmento que son informales porque son supremamente pequeñas y nunca les va a ser rentable ser formales. Hay formales grandes en donde es mucho más rentable ser formal, pero en el intermedio hay una cantidad de empresas que podrían ser formales, si establecemos una acomodación de elementos tributarios desde la perspectiva de condiciones de focalización de planes de formalización.
Entonces, Bogotá tiene que ser un laboratorio de formalización laboral y empresarial, y prestarle servicios a partir de sus avances, a otras ciudades capitales del país.
¿Y en pobreza y equidad?
En el tema de pobreza la alcaldesa ha hecho un programa maravilloso de focalización de ayudas, tenemos que entrar a entender cómo mejorar la granularidad de esas ayudas sobre todo en los hogares que están en pobreza extrema. También la identificación de población migrante y lograr que esto se acompañe de generación de empleo.
De planes no solamente de formación técnica, tecnológica o universitaria, sino formaciones muy cortas, que puedan generar en 40 o 60 horas alguna competencia particular que incremente la probabilidad de enganche. Y también lograr que todos los sistemas de información que tiene la ciudad puedan tener un emparejamiento más fino de datos que se ven en el servicio público de empleo con perfiles y competencias que se ofrecen en Bogotá.
De otro lado, Bogotá tiene la oportunidad y los recursos para poderse mostrar como una ciudad incluyente con la población campesina, con la población con discapacidad, con las mujeres, especialmente afrodescendientes, que tienen una brecha de empleabilidad supremamente importante, que no tienen auto reconocimiento étnico y con la población de orientación sexual e identidad de género diverso.
La ciudad tiene unos programas muy importantes, pero hay que hacerlos más visibles e interconectados para que esas estrategias sean fuente de empleabilidad.
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