Dadas las presiones inflacionarias que se viven en el mundo, y por los riesgos de recesión en potencias económicas, el PIB mundial, tanto en 2022, como en 2023, va a crecer menos a los previsto.
Indica el reporte de Fitch que, entre otras causas, el endurecimiento de la política monetaria en varias regiones lleva a un fuerte recorte de las proyecciones económicas de este y el próximo año.
Con esto de base, Fitch espera que el PIB mundial crezca 2,4 % en 2022, lo que da cuenta de 0,5 puntos porcentuales menos desde la perspectiva de junio. Para el próximo año la expectativa es de 1,7 %, con un recorte de un punto porcentual.
El llamado de atención está en que la eurozona y el Reino Unido entrarían en recesión a finales de este año, al tiempo que para Estados Unidos se estima una recesión leve a mediados de 2023.
Con esto de base, la perspectiva de la agencia es que la economía de la eurozona se contraiga un 0,1 % en 2023, lo que refleja el impacto de la crisis del gas natural. Y para Estado Unidos se ve un crecimiento del 1,7 % en 2022 y del 0,5 % en 2023, perspectivas revisadas a la baja en 1,2 puntos porcentuales (p.p.) y 1 pp, respectivamente.
“La recuperación de China se ve limitada por las restricciones de la pandemia del Covid-19, ahora esperamos que el crecimiento sea del 2,8 % este año y se recupere al 4,5 % el próximo año, revisiones a la baja de 0,9 p.p. y 0,8 p.p., respectivamente”, indica el reporte.
Por la crisis de la invasión a Rusia y las sanciones impuestas, hay impactos del lado de la oferta sobre el suministro de gas, riesgo que se vería exacerbado si el racionamiento fuera necesario para evitar una escasez total de gas.
“Hemos tenido algo así como una tormenta perfecta para la economía mundial en los últimos meses, con la crisis del gas en Europa, una fuerte aceleración en los aumentos de las tasas de interés y una caída cada vez más profunda en China”, dijo Brian Coulton, economista jefe.
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Finalmente, desde la calificadora se expone que los precios mayoristas europeos del gas y la electricidad se han multiplicado por diez debido a la crisis.
“Un traspaso sin restricciones a los precios minoristas del gas y la electricidad podría tener un gran impacto en la inflación. A modo de ilustración, un aumento de tres a cuatro veces en los precios minoristas del gas y la electricidad agregaría más de 15 puntos porcentuales a la inflación”, concluye el reporte.
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