Recientemente, dimos a conocer los resultados de un estudio titulado Curiosity@work, en el que se encuestó a casi 2.000 directivos de empresas a nivel mundial y se analizaron datos de LinkedIn de todo un año en torno a la curiosidad.
La conclusión de ese estudio es que la curiosidad es cada vez más requerida por las organizaciones para enfrentar algunos de los mayores retos actuales, desde la mejora de la retención de los empleados o la satisfacción laboral hasta la creación de lugares de trabajo más innovadores, colaborativos y productivos.
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El reporte define la curiosidad como el impulso de buscar nueva información, experiencias y explorar nuevas posibilidades, destacando la importancia de este atributo sin importar el rol o nivel del empleado dentro de la organización.
El estudio reveló que casi tres cuartas partes (72%) de los directivos creen que la curiosidad es una habilidad muy valiosa en los empleados, y más de la mitad están totalmente de acuerdo en que la curiosidad impulsa un impacto real en el negocio (59%) y que los empleados que tienen más curiosidad tienen un mayor rendimiento (51%).
Todas estas cifras nos demuestran solo una cosa: la curiosidad es sin duda el catalizador de todos los actos de descubrimiento hoy en día.