El presidente Gustavo Petro llega a la Casa de Nariño con la información de lo que esperan las agencias calificadoras para su hoja de ruta económica y las variables que se van a sopesar para una eventual recuperación del grado de inversión o una baja en la calificación. Vea más noticias sobre el Gobierno Petro.
De momento, si bien se plantean escenarios de incertidumbre en varias de las políticas macroeconómicas, lo que ven desde Moody’s y Fitch Ratings, las dos agencias que recientemente se han manifestado sobre Petro, es que se dé a conocer, con más certeza, la línea que dicte el Gobierno.
En el horizonte más inmediato, la reforma tributaria copa la parte alta de la matriz de análisis de las agencias. Y, con mensajes dispersos sobre la misma a manos del gobierno de Petro, todavía no es muy claro qué puede pasar con la mejora en el recaudo y unas cuentas fiscales sanas.
Moody’s ha planteado tres escenarios en ese sentido: será positiva la reforma tributaria en la medida en que sea una reforma estructural que compense el aumento en gasto social y permita reducir el déficit fiscal de forma acelerada.
Un escenario que se considera como neutral de esa reforma tributaria sería en el que solamente compense, parcialmente, el aumento del gasto social y llevando a una baja gradual del déficit.
“El escenario negativo para esta reforma da cuenta de que lo aprobado sea insuficiente impidiendo contener el deterioro fiscal con un déficit fiscal alto”, dijo el pasado 7 de julio Renzo Merino, analista soberano de Moody’s para Colombia.
Ojo a la deuda
Justamente este último punto es que el que prende alarmas entre las agencias y el mismo gobierno entrante. José Antonio Ocampo, ministro de Hacienda del gobierno Petro, ha manifestado que la administración saliente no deja la casa en orden sobre todo cuando se ve que al déficit fiscal del 5,6 % del PIB, al que terminaría Colombia en 2022, habría que sumársele el 3 % del Fondo de Estabilización de Precios de la Gasolina.
S&P Global Ratings, Fitch Ratings y Moody’s han sido insistentes en que Colombia muestre un mejor manejo de su deuda, con oportunidades de diversificar sus necesidades de financiación y un manejo responsable de sus cuentas.
Sobre todo cuando Petro ha manifestado la necesidad de aumentar las transferencias a los hogares más vulnerables de Colombia, lo que puede crear una presión fiscal. Fitch sentenció que este tipo de propuestas cargan más peso al escenario de incertidumbre.
Pero las agencias calificadoras, sobre todo para el caso de Fitch y Moody’s, también coinciden en que el crecimiento económico en el mediano y largo plazo tendrá que ser clave.
La meta, según estas firmas, es que el país registre un crecimiento del orden del 3,5 % para evitar presiones fiscales y poder mantener la senda de reducción de la deuda. Un pronóstico que, según afirma Ocampo, es plausible de cumplir en el país.
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Finalmente, las calificadoras llaman la atención sobre el cambio de política energética en el país y lo que esto podría suponer para el ejercicio de Ecopetrol, una de las bases más importantes del soporte de ingresos del Gobierno.