José Antonio Ocampo, ministro entrante de Hacienda en Colombia, en el marco de un foro organizado por la Universidad Sergio Arboleda, entregó la visión macroeconómica que está viendo para Colombia teniendo como base los principales efectos de la pandemia del Covid-19 y el contexto al que se va a tener que medir el gobierno de Gustavo Petro.
Empezó por destacar Ocampo que la recuperación de Colombia, luego de la pandemia, ha estado bien ubicada en el terreno positivo, incluso cuando hubo pares regionales y comerciales que no lograron crecer al mismo ritmo, haciendo la salvedad de que el éxito al comienzo no fue rotundo.
Lo que también es claro, añadió el ministro entrante, es que la política macroeconómica fue más expansionistas que en otras economías de América Latina, Colombia solo en 2022 empezó a ver unas medidas fiscales y monetarias menos expansionistas, indicó Ocampo.
Escenario internacional
Ocampo añadió que se han dado algunas afectaciones externas teniendo en cuenta que la pandemia del Covid-19 tuvo efectos dramáticos sobre el comportamiento de la inflación, tanto del lado de los alimentos, como del lado de los energéticos.
Para Ocampo si bien el avance en vacunación ha sido importante, todavía no es suficiente para decretar un control total sobre la pandemia. De hecho, las nuevas restricciones en China dan cuenta de ese escenario.
“El tema más complejo es la aceleración de la inflación, empezando a finales de año pasado. Se agudizó con la invasión de Rusia a Ucrania y nos dimos cuenta cómo ese mercado era tan clave para el abastecimiento de alimentos al mundo”, agregó Ocampo.
El punto está en que, si bien el comercio mundial sigue manteniendo la recuperación acelerada, ha perdido dinamismo, al tiempo que el financiamiento se ha comportado bien, pero también da pistas de un debilitamiento.
Sobre la posibilidad de que exista una estanflación mundial, Ocampo dijo que efectivamente es el gran temor desde la visión internacional y habrá que esperar a que sigan llegando los nuevos datos macroeconómicos para poder tener un juicio más preciso.
Pero el punto positivo está en que, a ojos de Ocampo, la inflación empezará entonces a buscar una tendencia un tanto más estable de cara al segundo semestre del año 2022.
La visión de Ocampo para Colombia
Recuerda el ministro de Hacienda entrante que Colombia no ha tenido problemas de financiamiento, en parte gracias al mercado de TES, «pero en el mercado de bonos privados el país no ha sido activo por el riesgo que se ve desde que el país perdió su grado de inversión a manos de dos de las calificadoras más importantes», aseguró Ocampo sobre la perspectiva del país.
El riesgo estará, complementó el ministro entrante, sobre los nuevos efectos a los que tenga que enfrentarse Colombia por las alzas en las tasas de interés a manos de la FED.
En el horizonte de esos desafíos, Ocampo fue enfático en decir que son las condiciones sociales y la situación del empleo, para trabajar sobre la pobreza, están en la parte alta de la agenda.
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“En materia de pobreza es clave ver que antes del Covid-19 ya había aumentado en Colombia y hay niveles superiores, que son muy importantes bajar en el corto plazo”, indicó Ocampo.
Esto último habrá que sostenerse sobre un mercado aboral que aumente sus niveles de formalidad, al tiempo que la tasa de desempleo sigue cayendo.
Perspectivas de la inflación y comercio externo
Para Ocampo es muy importante ver a aceleración de la inflación, con foco en la afectación que llega por los alimentos.
“El Banco de la República no podía no aumentar las tasas de interés, pero las medidas de tasas de interés son limitadas para contener la inflación porque los problemas son más de oferta que de demanda”.
Y, como la inflación afecta con mayor peso a los hogares más pobres del país, Ocampo se refirió a cuáles pueden entonces son las soluciones: “en el corto plazo entregar mayores subsidios a los hogares pobres”, acompañado con una política agresiva de autoabastecimiento de alimentos.
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Un tercer desafió viene sobre el alto déficit comercial, que es uno de los más altos de la región “y de ahí mi preocupación por aumentar las exportaciones no mineroenergéticas”.
“El país no puede seguir dependiendo del petróleo en materia exportadora. Esta transición es clave hacerla desde un ámbito de mayor análisis”, dijo Ocampo, quien agregó que la tasa de cambio también refleja el déficit grande que se tiene en el déficit comercial.
Destacó Ocampo que, en el escenario positivo, la deuda externa de Colombia es manejable.
Según Ocampo, es prioritario tener las finanzas públicas holgadas desde el frente de las necesidades de financiamiento social que tiene Colombia y con un Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles que genera un peso importante.
“Tenemos todavía un nivel de déficit de deuda alto y por eso parte de la justificación del ajuste fiscal, aunque también irá para buscar recuperar el grado de inversión”, agregó Ocampo.
Finalmente, el ministro entrante explicó que el problema tributario colombiano tiene, de un lado, la evasión y elución, con cifras del orden de los $80 billones, que tendrá que ser un tema de trabajo gradual. Pero del otro lado tiene la carencia de contar con un impuesto a la renta más equitativo.