Moody´s Analytics advirtió este lunes que México no podría “evitar una contracción económica causada por una recesión en los Estados Unidos”. Lea más en Noticias Económicas Internacionales.
Lo anterior, explica Alfredo Coutiño, director de Moody’s Analytics, atendiendo a la creciente probabilidad de una recesión global en los próximos 12 meses.
“En este escenario, México enfrentaría una prolongada inflación y una recesión con duración de 3 trimestres”, indica Coutiño.
Moody’s Analytics creó un escenario de “La Próxima Recesión Global”, el cual incluye a México, donde la economía del país que presidente el mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) enfrenta una combinación de eventos desfavorables:
- Persistencia de choques de oferta en la economía global.
- Altos precios de las materias primas.
- Debilitamiento de la demanda interna ante la necesidad de una mayor restricción monetaria para abatir la alta inflación.
“Por un lado, la producción interna sufre continuas interrupciones por escasez de insumos tanto nacionales como externos. Por otro lado, la persistente alza de precios internos amenaza con desatar una espiral inflacionaria alimentada por el deterioro en la formación de precios”, explica el director de Moody’s Analytics.
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De acuerdo con el informe, el deterioro de precios en mención es causado, en su mayoría, por choques de oferta y demanda y por el empeoramiento de las expectativas.
Así las cosas, explica que las presiones inflacionarias han instado al Banco de México a endurecer su política monetaria, “más allá de la neutralidad, consecuentemente deprimiendo la demanda interna y con ello debilitando la actividad económica en general”.
Atendiendo a lo anterior, Coutiño vaticina que la economía mexicana “cae en recesión a mediados del 2023”.
“La contracción económica se extiende desde el segundo trimestre hasta el cuarto, cuando la economía toca fondo. El PIB se contrae 1,7 % en 2023, después de crecer 1,8 % en 2022”, continúa aseverando.
“La economía mexicana acumula una contracción de 3,4 % del segundo al cuarto trimestre del 2023, mucho mayor a la caída reportada por la economía estadounidense de 2,1 %. Esta caída de la economía mexicana es consistente con la elasticidad histórica reportada en las crisis recientes y con la interdependencia de los ciclos económicos de las dos naciones”, añade.
De acuerdo con el director de Moody’s Analytics, la tasa de desempleo en México se elevaría a finales de 2022, mientras que la economía va perdiendo fuerza, y “alcanza un máximo en 2023 ante la pérdida de empleos generada por la recesión”.
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En consecuencia, advierte que el ingreso de las familias sufriría “un golpe doble, uno por la reducción del poder de compra generado por la inflación y otro por la pérdida de empleos”.
Para atajar la inflación, el Banco de México aprobaría aumentos agresivos en la tasa de interés, la cual alcanzaría un máximo a mediados del 2023 “cuando la economía entra en recesión”.
“La tasa de interés comienza a descender posteriormente a medida que la demanda interna se deprime”, señala Coutiño.
En lo que respecta al peso mexicano, afirma que comenzaría a perder terreno desde finales de 2022 y con más fuerza durante la primera mitad del 2023, “a medida que la aversión al riesgo induce salida de inversionistas buscando refugio en activos denominados en dólares”.
“La tasa de los bonos gubernamentales aumenta para compensar el premio al riesgo e intentar retener a los inversionistas en el mercado local”, anota.
¿Supera la recesión?
Alfredo Coutiño, director de Moody’s Analytics, cree que la economía mexicana superaría la recesión en el primer trimestre del 2024, “en sincronía con la economía estadounidense”.
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Entre tanto, afirma que la recuperación del PIB se iría dando conforme avance el 2025 y se fortalezca el mercado estadounidense.
A la par, el desempleo empezaría a caer “rápidamente” en 2025, mientras que la inflación solo regresa a su objetivo hasta mediados del 2025.
“En este escenario, la economía mexicana reproduce las características típicas reportadas en episodios de crisis del pasado. En este sentido, el país enfrenta un choque real y uno financiero”, dice Coutiño.
A juicio del experto, en el primer caso, la economía real recibe dos impactos negativos: “uno externo generado por la caída de la demanda global, en particular por la contracción del mercado estadounidense, y el otro interno producido por el debilitamiento de la demanda ante el ajuste necesario de la política monetaria”.
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“En el segundo caso, la economía se ve afectada por la tradicional reacción de las variables financieras y precios, como en las crisis del pasado. Así, al inicio de la crisis se presenta una sobrerreacción del tipo de cambio por la creciente aversión al riesgo y salidas de capital. Para lidiar con la inestabilidad financiera y el traspaso cambiario a precios, se presenta la típica reacción monetaria. El banco central es forzado a mantener la tasa de interés en los niveles necesarios para calmar los mercados. La inflación es alimentada inicialmente por la depreciación cambiaria, así como por el ajuste de precios y tarifas públicas para reducir el deterioro de las cuentas fiscales”, concluye el director de Moody’s Analytics.