Luis Carlos Reyes, nuevo director general de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), volvió a referirse a la reforma tributaria para Colombia.
Reyes se pronunció sobre lo que se espera sean los impuestos a las bebidas azucaradas entendiendo que, de momento, no están descartados.
Empezó aclarando Reyes que la que se viene es una reforma tributaria progresiva que va a respetar ese principio, entendiendo que cualquier impuesto que se proponga tendrá a ese filtro como punto esencial.
Sobre cambios a las exenciones dijo que hay que tener en cuenta que la mayor parte de los cerca de $80 billones que estas representan vienen de tratar propuestas sobre bienes a la canasta familiar que no pagan IVA al nivel de exenciones a ciertas empresas, sobre lo que Reyes aclaró que el gobierno ve otro análisis, pues la canasta familiar no se va a tocar en esta iniciativa tributaria. “Lo que hay que recaudar por exenciones es menos a los 80 billones de los que se hablan, aunque es una cifra importante”, agregó.
Reyes explicó adicionalmente que, de esta manera, la columna vertebral de la reforma tributaria va a ser la progresividad.
Sobre la necesidad de reducirles la carga a las empresas del país, y la visión del nuevo ministro de Hacienda de Colombia, José Antonio Ocampo, de bajar la tasa corporativa al 30 %, Reyes confirmó que se están revisando las opciones en ese sentido.
“Hoy en día algunos sectores de la economía tienen beneficios que reducen la tarifa efectiva que pagan y lo que queremos es nivelar la cancha para todas las empresas”, agregó Reyes.
Bebidas azucaradas
Sobre el punto de los tributos a las bebidas azucaradas, Reyes aseguró que se mantiene el trabajo mancomunado con la nueva ministra de Salud, Carolina Corcho, para establecer la directriz del presidente Petro en ese sentido.
“Lo central es que esta es una reforma tributaria progresiva, los impuestos saludables que se contemplen deben cumplir con ese principio”, agregó Reyes.
El punto está entonces en que esto se logra, explicó Reyes, cuando a los bienes que están gravados con un impuesto saludable existen otros saludables que el consumidor puede consumir para reemplazar. En la medida en que sea posible, este postulado de progresividad se podría cumplir.
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Ahora, sobre qué productos pueden sustituir a las bebidas azucaradas, Reyes explicó que las campañas de salud pública pueden establecer ese principio.
En declaraciones a Caracol Radio, Ocampo dijo que un termómetro para fijar cuán oportuno o efectivo sea un impuesto a las bebidas azucaradas será el efecto social, entendiendo cuáles son las implicaciones por el consumo de, por ejemplo, las gaseosas en las clases populares.
La duda de qué pasará exactamente con este punto de la reforma tributaria se genera, hay que tener en cuenta, pues el nuevo gobierno aún no tiene un documento listo, pero, a ojos de Reyes, se espera contar con un articulado en el menor tiempo posible, incluso para que sea presentado el próximo 7 de agosto.
“Estamos trabajando para que sea posible entregar el proyecto de reforma tributaria el 7 de agosto. Lo que se necesita es que se consolide para informar a las personas”, agregó Reyes.
Finalmente, Reyes concluyó con la idea de que, con esta reforma tributaria, se llegue a un nivel adicional anual de recaudo del orden de los $50 billones, pero no es un efecto que sea inmediato. “Buscamos un aumento permanente, pero tendrá un proceso”, puntualizó Reyes.
