Por: Alejandra Aljure, Directora Senior de Consumer Engagement de LLYC
Desde que iniciamos “la nueva normalidad” hemos estado expuestos de manera recurrente a diversas lecturas sobre el futuro del trabajo y el nuevo paradigma que deberemos enfrentar empresas y empleados de cara a los nuevos modelos y a el desafío que implican en materia laboral y cultural estas nuevas dinámicas.
Sin embargo, para fortuna de algunos este futuro ya es nuestra realidad presente, por ello seguir planeando a futuro sobre cómo enfrentar este contexto que llegó, implica perderse grandes oportunidades de cara al sentir de las personas con relación a su situación laboral.
Resulta paradójico que, si bien desde hace varios años, en las compañías la idea talent centric estaba presente, sólo hasta ahora se ha planteado como una verdadera prioridad que ha implicado una transformación y revolución de la relación entre los empleados y las empresas y las expectativas de ambos sobre elementos tan estructurales para la supervivencia de los negocios como la productividad, la retención y la atracción de talento.
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En el estudio reciente de LLYC, “La Revolución de las Formas de Trabajo”, se evidenció que al contrastar el periodo de pre pandemia (2018-2019) con el que hemos denominado pandemia o convivencia con el virus (2020- 2022), la conversación en entornos digitales en el mundo sobre estos temas ha crecido de manera exponencial en un 158.76 % en cuatro años. Colombia se ubica en el quinto lugar, entre más de 10 países, muy por debajo de países como España, Argentina, México y Chile, lo que indica la falta de generación de escenarios activos de conversación para identificar las nuevas dinámicas laborales y las implicaciones para los empleados y empresas
Sabemos que la conversación ha crecido a nivel general pero, ¿cuáles son los temas concretos que han impulsado este crecimiento? El teletrabajo es, como se esperaba, el gran protagonista de este crecimiento al aumentar con más de un 400 %. Aumentan también temas como bienestar, digitalización o trabajo híbrido. Sin embargo, sorprendentemente a pesar de la álgida conversación impulsada por grandes empresas y legisladores sobre la jornada laboral, la conversación sobre esto se reduce en un 15 % comparativamente con el periodo de pre pandemia.
Más allá del auge y declive de algunas temáticas, es interesante profundizar en los sentimientos que despierta. Aproximadamente el 70 % de la conversación sobre este nuevo paradigma del trabajo es positiva. Los usuarios hablan de una nueva era apoyada en una mejor tecnología, que apueste por la flexibilidad horaria, redunde en un mayor rendimiento de los profesionales, mejore la salud mental y ayude a la descentralización de los territorios.
Ahora bien, todos los aspectos positivos que evidencia la conversación positiva sobre este nuevo momento que estamos viviendo, también abre grandes interrogantes con relación a aspectos que antes no contemplábamos:
- la precarización y la desconexión laboral;
- los verdaderos modelos de flexibilización del trabajo,
- la exigencia de legislación que se adapte a las nuevas realidades,
son apenas algunos de los temas esenciales que son relevantes abordar más temprano que tarde.
Tal como lo demuestran los datos, nos encontramos frente a profesionales mucho más exigentes con las organizaciones en las que trabajan, lo que indica la necesidad máxima de que las empresas del el paso a la generación de iniciativas más de engagement, que logren impulsar su propuesta de valor como empleador y permita construir una cultura y una marca empleadora cada vez más sólida que atienda el hoy para la construcción del mañana.