Colombia, como parte de su agenda de diversificación de la oferta exportadora, apuesta cada vez más para que los bienes y servicios no tradicionales sean los que marquen la ruta de las ventas externas. En ese sentido, el Ministerio de Hacienda fijó cuáles son las expectativas de cambio de esa canasta exportadora nacional.
En primer lugar, vale la pena decir, el escenario analítico que propone el Gobierno deja de manifiesto una economía externa colombiana que se abre puertas cada vez menos con bienes y servicios anclados a segmentos como el petrolero, pero cada vez más dependiente del sector servicios.
De un lado, el pronóstico en el Marco Fiscal de Mediano Plazo permite ver que las exportaciones de bienes y servicios crecerían 3,1 % y 8 % en promedio, respectivamente, para el periodo 2024-2033, jalonadas por las exportaciones no tradicionales de bienes y los servicios de turismo.
“El crecimiento de las exportaciones de bienes estaría explicado por el buen dinamismo de las exportaciones no tradicionales, las cuales presentarían un crecimiento promedio de 7,2 % para este periodo, en un contexto de sólido crecimiento de los socios comerciales del país (2,6 % en promedio para 2024-2033), y un sector industrial dinámico, cuya participación en el PIB se mantendría hacia el mediano plazo”, dice el documento.
Menores exportaciones petroleras
Indica el actual Gobierno de Colombia que ese comportamiento contrastaría con lo esperado para las exportaciones tradicionales, las cuales crecerían 0,9 % (promedio para 2024-2033), explicado esto por la reducción prevista en la producción de petróleo en el mediano plazo, un objetivo que está en línea con el proceso de transición energética que atravesará la economía.
Hay que recordar que, según estimaciones oficiales, la producción de petróleo pasaría de 855.000 barriles diarios en 2024 a 710.000 en 2033.
“Lo anterior interactuaría con un precio del petróleo tras mostrar una corrección entre 2023 y 2025, asociada a un incremento en la oferta mundial y una gradual implementación de la transición energética en economías avanzadas”, asegura el informe.
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Esta previsión se mantendría, argumenta el Ministerio, estable en términos reales en niveles cercanos a US$73,6 por barril de 2026 en adelante.
“Este comportamiento se daría como resultado de la tendencia disímil en la implementación de la política de transición energética de parte de los países de ingreso medio-bajo, en comparación con las economías avanzadas, así como la incidencia de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP+) en la oferta de crudo”, se lee en el Marco Fiscal.
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