En 1981, el paisa Alberto Lodoño y su esposa, la costarricense Elena Londoño, fundaron en la ciudad de Medellín uno de los emprendimientos que tendría mayor recordación en estos años en la memoria de los colombianos: la compañía de helados Popsy.
Hoy, 40 años después, luego de muchas innovaciones en sabor y experiencia, Popsy presenta al mercado su primer punto de venta bajo el concepto de Blast Bar, que cuenta con una inversión de $500 millones. Lea más Noticias Empresariales.
“Este es un producto que nos permite ampliar la gama de sabores porque el consumidor va a poder crear a su gusto, mediante la adición de nuevas inclusiones a sabores base que ya tenemos, un nuevo producto”, comentó Natalia Niño, CEO de Popsy.
El nuevo local de la Calle 82 en Bogotá, además de la oferta tradicional y las galletas de su aliada Cookie Jaar, tiene una máquina en la que luego de haber escogido el helado, el cliente podrá mezclarlo con uno de los toppings para crear un nuevo sabor.
De estas tiendas en particular se prevén más aperturas para este año en las ciudades de Bogotá, Medellín y Barranquilla, que se suman a algunas de las ya efectuadas en lugares como Cajicá, y a otras que se vienen en Cali y Cartagena, para cerrar el año sobre los 210 puntos.
Asimismo, la empresa cuenta con cinco franquicias con las que ha llegado a Barrancabermeja (Santander), Sabanalarga (Antioquia) y Zipaquirá (Cundinamarca) y estima terminar el año con cinco adicionales.
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“Popsy representa para los colombianos el haber tenido un acceso de alta calidad en todas las ciudades y estratos. La marca innovó en Colombia al ser el primer helado premium produciendo las Nieves, que es a base de agua y pulpa de frutas”, aseguró Carlos Alberto Londoño, presidente de helados Popsy e hijo de los fundadores.
Agregó que los avances de la compañía hoy permiten proyectar un crecimiento entre 7% y 7,5% para este año, pues solo en el primer trimestre la variación respecto a 2021 fue de 8,5%.
Y sobre las inversiones, hay que decir que en todos los puntos de venta para 2022 se ubicaría por encima de $6.000 millones, y otros recursos, por ese mismo valor, irían destinados a la renovación de los cuartos fríos de la planta de Cota, en Cundinamarca, desde donde se bastece a Colombia y Perú.
“El año completo deberíamos estarlo cerrando sobre $225.000 millones en ventas “, dijo Niño.
Más sobre la historia
La industria de helados Popsy comenzó hace 41 años con 10 trabajadores incluida la pareja Londoño, fundadora del proyecto. Hoy ya son 2.000 colaboradores y es una marca que tiene presencia fuera de Colombia en países como Panamá y Perú.
“Esta es una historia de amor porque es una pareja que creyó en sí misma y sacaron adelante la compañía”, anotó Carlos Londoño.
Según explica, cuando iniciaron el proyecto, su padre, Álvaro Londoño, era el director del programa económico de Naciones Unidas (ONU) para Centroamérica y en una visita del entonces director de esta iniciativa a Guatemala, en 1976, le ofrecieron ser el director del programa para el cono sur.
No obstante, Londoño no lo aceptó porque eso era “ayudarles a los dictadores Pinochet, Stroessner y Videla, entre otros que había en ese momento, y él no quería que gracias a su trabajo se vieran beneficiados gobiernos de dictadores militares”, aseguró su hijo Carlos Alberto.
Eso significó dejar de lado su carrera en Naciones Unidas y lo llevó a emprender un negocio con casi 50 años que tenía en ese momento.
En estos años Popsy ha tenido varios cambios y uno de ellos fue precisamente la alianza con la marca de galletas Coockie Jaar.
“Estas dos marcas están unidas desde 2018. Al principio tuvimos la venta del producto, luego la adquisición de las tiendas y finalmente la marca Coockie es propia del grupo desde el año pasado”, comentó Niño, la CEO de Popsy.
En pandemia, aunque tuvieron que cerrar ocho puntos de venta, lograron mantener a flote la compañía con innovaciones como las máquinas expendedoras de helado, que totalizarían 20 al final de 2022.
Para Niño, este concepto ha representado una oportunidad, no solo porque su costo es menor al de un punto se venta, sino porque permite estar en zonas de alto tráfico donde no hay cabida a tener una tienda como la terminal de transportes de Bogotá.
Finalmente, Popsy apunta a seguir fortaleciendo su canal directo de ventas digitales, que llegó a representar 25% de las ventas en pandemia y que hoy se encuentra en niveles de 10%.
“Popsy es para los colombianos una marca que representa felicidad, le hemos llevado felicidad a los colombianos”, concluyó Londoño.
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