El equipo de Investigaciones Económicas de Corficolombiana lidera la puesta en marcha de una serie de informes de internacionalización, con foco en economías de América Latina, para entregarles a sus clientes una suerte de fotografía macro vital al momento de tomar decisiones de inversión.
Para esta primera entrega, Perú aparece como uno de los escenarios fuertes de análisis por las oportunidades que llegan con precios de commodities en niveles históricos, como efecto de la pandemia y el conflicto en territorio ucraniano, pero también sopesando que las volatilidades propias de la política peruana son un punto a tener en cuenta en el marco de ese escenario analítico.
El Informe de cobertura Perú: estabilidad a prueba “es un análisis macro, con perspectiva de los últimos 20 años, que permite evidenciar de dónde viene Perú y en qué momento económico se encuentra. Luego del primer informe sobre Perú vamos a realizar el cubrimiento de Chile, Costa Rica y Panamá, y posteriormente presentaremos análisis especializados de cada economía, incluyendo el de sectores específicos”, dijo Julio César Romero, economista jefe del equipo de Investigaciones Económicas de Corficolombiana.
En esa construcción macro de Perú, el informe empieza por destacar que el PIB del país fue de US$226.000 millones en 2021, lo que le da para ubicarse como la economía número 53 del mundo y la quinta de Latinoamérica.
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Muy parecido al comportamiento regional, el consumo privado es el motor más fuerte del crecimiento por el lado de la demanda, al representar el 62 % del PIB total, siendo los sectores de mayor empuje: servicios, el comercio, la administración pública y defensa, y las telecomunicaciones.
Más datos de la economía peruana
Al entrar al detalle del documento, se evidencia que, en términos de ingreso percápita, Perú informa un monto cercano a los US$6.443 en 2021, con lo cual se ubica en el puesto 89 a nivel global y le da para ser catalogada como una nación de ingreso medio-alto.
Del lado del comercio externo, el comportamiento macroeconómico de los últimos tiempos ha empujado a que Perú se concentrara en el envío de productos minerales y agrícolas, situación que decantó en que, según el Índice de Complejidad de la Economía de la Universidad de Harvard, Perú ocupara el puesto 100 dentro de los 133 países que mide el ranking.
“Una década atrás, el país se ubicaba en el puesto 87, cuando su participación en el mercado mundial de productos de mayor complejidad como los textiles, los aparatos electrónicos y la maquinaria era más alta”, añade el documento.
Un dato relevante, sin embargo, es que en 2019 Perú fue el segundo mayor exportador de minerales de cobre y sus concentrados en el mundo, representando el 19,5 % del total, después de Chile.
Romero explicó que, justamente ese escenario macroeconómico, que genera oportunidades en ciertos sectores, se ha visto permeado por un escenario político que trae incertidumbres apenas normales para un entorno como el latinoamericano.
El efecto político
Destaca el documento que, en los últimos cinco años, Perú ha estado bajo el mando de cuatro presidentes, al tiempo que una vez se disolvió el Congreso, sumándole el hecho de que el actual presidente de la República, Pedro Castillo, se enfrentó a dos mociones de vacancia presidencial y designó cinco gabinetes ministeriales en un lapso de nueve meses de gestión.
Sin embargo, resalta Romero, esa volatilidad política ha sido sopesada por un manejo relativamente prudente de las finanzas públicas. Esto último gracias al cumplimiento de tres reglas fiscales. Bajo ese escenario, Perú sostuvo niveles de deuda por debajo del 30 %, antes de la pandemia, y cercanas al 35 % después de la crisis del Covid-19.
Ahora, en el marco de los retos más complejos del país, al igual que el resto de la economía mundial, la inflación está en la parte alta de la agenda de política económica y política monetaria.
La inflación sigue siendo un escenario complejo y hay presiones de demanda por cómo ha crecido la economía del país, a ritmos del 13 % en 2021 y cerrando rápidamente la brecha de producto. Recuerda Romero que hay una inflación anual cercana al 6,8 %, en lo corrido de 2022, pero haciendo la salvedad de que la medición es muy centralizada en Lima y en su área metropolitana.
Aunque también hay que entender esa inflación, un tanto más baja en comparación con los pares de la región, por cuenta de que la economía peruana se caracteriza por ser una parcialmente dolarizada, dado que alrededor del 26 % de la liquidez del sistema financiero está en dólares.
La mano del Banco Central
“A su vez, el Banco Central mantiene un nivel importante de reservas internacionales, interviene activamente en el mercado cambiario e implementa requerimientos de encaje para las obligaciones financieras”, puntualiza el informe.
El escenario de la pandemia llevó a que el Banco Central bajara su tasa de interés hasta el 0,25 % y, luego del crecimiento vertiginoso y el repunte activo de los precios, tiene una tasa del 4,5 %, a espera que hacia finales del año esté cercana al 6 %; sobre la base de que el manejo de la política monetaria, bajo un esquema de inflación objetivo, ha permitido que la inflación se ubique dentro del rango meta entre el 1 % y el 3 % durante el 58,8 % de los meses desde 2002.
Romero fue enfático en explicar que Perú es una economía que depende en buena parte del sector minero gracias a los altos precios de commodities, lo que es un viento a favor. “El viento adverso se centra en el contexto político, uno que, si bien ha sido aprehendido por los empresarios de ese país, ha llevado a que las estimaciones oficiales expliquen que la inversión privada no crecería este año”.
Con este gran esbozo, que propone el Equipo de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, el mensaje, como se repite en el grueso de la región, es a tener cautela. Entendiendo eso sí que hay oportunidades y sectores específicos: además del sector minero, el consumo viene siendo bastante fuerte para la reactivación de ese país.
“Las oportunidades las vemos especialmente en sectores como infraestructura, energía y gas. Perú es una economía en donde la necesidad de infraestructura sigue siendo vital, por eso es un mercado de interés”, concluyó Romero.
En este enlace puede encontrar el informe completo elaborado por Corficolombiana
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