Por: Mario Peralta, director de Planeación Financiera en Credicorp Capital Colombia
Aunque de diferentes maneras y con fines muy diversos, la planeación es una actividad casi inconsciente que está presente a lo largo de nuestras vidas, ya sea para la compra de un bien inmueble, la realización de un viaje o la conformación de un portafolio de inversión.
Sin embargo, a raíz de la pandemia, el concepto de planeación tomó mayor relevancia por la necesidad tanto de las familias, como de las empresas, de situarse en el momento presente y hacer un alto en el camino para reflexionar y tomar decisiones orientadas al manejo y administración de sus finanzas o su vida en general. Todo esto con el fin de afrontar la ansiedad que producen los tiempos de incertidumbre (sanitaria, política, social o económica) y mitigar los riesgos que pueden llegar a materializarse más adelante.
En este sentido, la construcción de un plan le permite a una persona o empresa identificar el punto de partida para dar respuesta a preguntas como ¿dónde me encuentro hoy?, ¿a dónde quiero llegar?, ¿cómo lo voy a lograr?
Así, la planeación es una herramienta útil para gestionar estas preocupaciones, pues gracias a ella logramos estar preparados ante situaciones de crisis, priorizar actividades, optimizar recursos, ser eficientes con nuestro tiempo y más importante aún, sentirnos tranquilos. En general, planear no es una tarea compleja, es cuestión de estar comprometido y enfocado; el proceso parte de definir una meta, desarrollar un plan, implementarlo, monitorearlo, evaluar su progreso y tomar acciones correctivas en caso de ser necesario.
Ejemplo de esto es el desarrollo de un plan financiero de vida que brinda múltiples beneficios dentro de los cuales se pueden destacar tres. En primer lugar y debido a que implica mirar hacia adelante y organizarnos de tal manera que logremos acumular dinero y alcanzar un músculo financiero que cubra nuestras obligaciones, nos permite tener dinero restante que mejore nuestra calidad de vida.
A su vez, nos ayuda a gastar dinero conscientemente, porque dentro del análisis se debe tener un presupuesto que permita identificar en qué me estoy gastando el dinero y qué hábitos quiero eliminar con respecto al gasto.
Por último
La planeación de la vida financiera tiene el propósito de hacer crecer nuestro patrimonio, porque la premisa se basa en gastar menos de lo que ganamos y lograr invertir esos excedentes en el mercado bursátil para tener la posibilidad de destinar esos recursos en activos de renta fija, renta variable, fondos inmobiliarios, fondos alternativos, entre otros; algo que hoy en día es más sencillo gracias a la tecnología y el mundo digital.
En conclusión, estar preparados ante cualquier evento es una elección inteligente. En los momentos prósperos la necesidad de un plan puede no ser tan evidente, sin embargo, en las situaciones de crisis, es donde en realidad valoramos haber tomado decisiones conscientes e informadas gracias a la planeación que se tuvo previo al evento.