La capital de China, Beijing, endureció las restricciones de Covid-19 este fin de semana, primero de mayo, mientras lucha contra un fuerte brote, a la vez que Shanghai permitió que algunos de sus 25 millones de residentes salieran de sus casas después de informar un segundo día sin infecciones fuera de las áreas de cuarentena.
El brote de Shanghai, que comenzó en marzo, ha sido el peor de China desde los primeros meses de la pandemia en 2020. Cientos de miles se han infectado y la ciudad ha prohibido a los residentes salir de sus casas, lo que provocó una gran ira pública. Vea más noticias económicas internacionales
El brote en la ciudad más poblada de China y el riesgo de propagación en Beijing están poniendo a prueba el enfoque de cero Covid del Gobierno en un año en el que se espera que Xi Jinping obtenga un tercer mandato como presidente.
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Beijing, con docenas de infecciones diarias en un brote ahora en su décimo día, no se ha bloqueado. Se han registrado más de 300 casos transmitidos localmente desde el 22 de abril.
Pero el domingo la capital endureció las reglas de distanciamiento social y lanzó una nueva ronda de pruebas masivas en su distrito más poblado y afectado.
La ciudad de 22 millones de habitantes realizó la semana pasada pruebas masivas en la mayoría de sus 16 distritos, suspendió todos los lugares de entretenimiento y prohibió cenar en restaurantes.
El extenso parque temático Universal Studios de Beijing cerró el domingo, mientras que en la muy visitada sección Badaling de la Gran Muralla, se les pidió a los visitantes que mostraran pruebas de resultados negativos de la prueba Covid antes de ingresar.
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El distrito de Chaoyang, que representa la mayor parte de las infecciones en el brote de Beijing, lanzó una ronda adicional de pruebas masivas, con trabajadores de salud pública tocando puertas para recordar a los residentes que se hicieran la prueba.
