Colombia, como ya se ha mencionado, se ve afectada desde distintas aristas por cuenta de la crisis que se ha desatado por la invasión de Rusia a Ucrania. Un precio del petróleo Brent arriba de los US$100, y con máximos no vistos desde 2014, es uno de esos efectos en el corto plazo.
Analistas como Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, ven que la coyuntura trae para Colombia una suerte de “mini bonanza” petrolera en momentos en que el país mejora sus cuentas fiscales, reduce su deuda, pero sigue dependiendo de asegurar más ingresos en el corto y mediano plazo. Esa urgencia por sanear las cuentas de Colombia pone sobre la mesa la discusión de liderar una nueva reforma tributaria.
Mientras Lisandro Junco, director de la Dian, ha manifestado que las condiciones están para que el próximo Gobierno no tenga que llevar a cabo una nueva reforma tributaria, otros analistas ven a esta como un infaltable.
Y, en el marco de ese debate, Colombia se para desde otro escenario, uno bien distinto al de hace unas semanas, con el petróleo Brent en máximos. Bajo ese telón, “el precio del petróleo puede darle una mini bonanza al Gobierno entrante del tamaño de una reforma tributaria”, dijo Mejía.
Mejoras sobre las cuentas fiscales
Para el analista el respiro fiscal con esa suerte de bonanza petrolera estaría cercano a los $30 billones, monto que concuerda con la visión del Comité Autónomo de la Regla Fiscal sobre lo que deberían recoger eventuales cambios al sistema tributario nacional: “El problema es que esa pequeña bonanza saca de foco la necesidad de cambiar varias de las deficiencias del sistema tributario colombiano”, agregó Mejía.
Y lo anterior se centra en el hecho de que Colombia no puede, como ha sido históricamente, agarrarse de un buen momento de los commodities para solventar una necesidad, sobre todo si se tiene en cuenta que este coletazo de buenos precios puede llegar a ser pasajero.
Raúl Ávila, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional, explica que, a su juicio, esa bonanza petrolera debería sustentarse teniendo en cuenta otras variables: una de esas es la producción y que sea esta más fuerte en términos de exportación.
Recomendado: Bajó producción de petróleo y gas en Colombia en 3ra semana de febrero
“Hoy, de los 750.000 barriles que producimos consumimos cerca de 400.000. Necesitamos una producción cercana al millón de barriles para entrar relamente a esa bonanza”, agregó Ávila.
El factor dólar
A ojos de Camilo Durán, analista senior de Credicorp Capital, la situación puede ser beneficiosa para Colombia, pero se debe partir del hecho de que el país entra con una tendencia de producción más baja a lo que ha ocurrido en otros episodios de buenos precios petroleros.
“Los vientos de cola que representan esta situación se van a disfrutar. De hecho, si uno mira los ingresos potenciales del sector petrolero están en máximos históricos al denominalos en pesos colombianos”, dijo Durán.
El punto está en que, el Brent arriba de los US$100 y un dólar por encima de $3.900 llevan a Colombia a hacer cuentas con ingresos incluso superiores, advirtió Durán, a los que se vieron en 2013 y 2014.
Coinciden los analistas en el hecho de que el fenómeno lleve a que Colombia aumente sus planes de producción para, de esta manera, sacarle mayor provecho a la coyuntura.
Otro punto en el que concuerdan es en que, sin duda, los buenos precios serán un respiro para las arcas del país, pero sin la seguridad de que sea un comportamiento permanente y sólido.
Sobre todo, cuando Colombia implementa políticas para depender cada vez menos del petróleo, incluso llevando a Ecopetrol a sumergirse, cada vez más, en las energías renovables.
—