Son varias las explicaciones que llevan a entender el porqué un país, desde bajos ingresos, pasando por emergente, hasta ser una potencia, debe endeudarse con, entre otros, créditos internacionales.
Con esto, claramente la primera causa de necesidad de endeudamiento se sustenta en la ausencia de recursos para, entre otros, la ejecución del presupuesto nacional anual.
Esto quiere decir que los ingresos de una economía pueden no terminar siendo lo suficientemente holgados como para responder, por sus propios medios, por las demandas presupuestales de un periodo determinado.
Es por esto que es común ver, en las iniciativas presupuestales, la inclusión de necesidades de financiamiento internacional, esto se hace a través de créditos, préstamos de otros países o el financiamiento que otorgan multilaterales.
Adicionalmente, el hecho de que un país busque endeudarse se explica porque el sistema financiero internacional tiene necesidades de subsistencia.
Otras explicaciones
Esto se traduce en que, si bien organismos como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional (FMI) existen gracias a operaciones propias, también dependen del pago de interés de los recursos que prestan para sostener cierta robustez financiera.
De allí entonces que la relación entre endeudamiento de países y el mantenimiento del sistema financiero internacional se lleve a cabo en una suerte de beneficio en doble vía.
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Otro punto importante que explica el porqué un país busca endeudarse es por tener una especie de historial crediticio positivo. Esto se asemeja mucho a la economía de bolsillo.
Puede que una persona, con un ingreso lo suficientemente robusto, no tenga la necesidad de adquirir una tarjeta de crédito para solventar sus gastos, pero sí la requiere para dejarle al sistema financiero la información de que es un usuario “buena paga”.
Pues bien, hay economías, con especial ahínco en las potencias, que hacen uso del sistema financiero internacional para dar cuenta de un manejo adecuado de sus finanzas.
Tener un marco de referencia
Pasa también que un país, que requiere de deuda para solventar sus gastos, sea una nación con credibilidad crediticia, lo que puede desencadenar en una serie de hechos positivos: buenas perspectivas de parte de los inversionistas y el espaldarazo de las agencias calificadoras.
Con esto de base, hay que hacer sin embargo la salvedad de que, dependiendo del país, hay límites propuestos para no superar la capacidad de endeudamiento y este puede hacerse teniendo como referencia el PIB respectivo.
Pero hay que hacer una salvedad en este caso: no es regla que exista una suerte de tope para endeudarse, al menos con los mecanismos internacionales.
El ejemplo reciente lo puso Estados Unidos, economía que llegó a una deuda externa que equivale al 130 % de su producto interno bruto, y la explicación que da cuenta del fenómeno, sencillamente, se reduce a que esa potencia tiene la capacidad de pagar cuando su deuda supera la capacidad de lo que produce.
Para concluir, y como ocurre con el sistema financiero para personas naturales y jurídicas, la necesidad es siempre poder solventar la deuda que se adquiere bajo la capacidad de ingreso y sin comprometer la soberanía, esto es: no terminar garantizando la responsabilidad de la deuda con, por ejemplo, una empresa nacional.