Con la próxima integración de la Bolsa de Comercio de Santiago (BCS), la Bolsa de Valores de Colombia (BVC) y el Grupo Bolsa de Valores de Lima (BVL), las entidades ya proyectan algunos indicadores como flujos de ingresos, egresos e inversiones que se necesitarán tanto en el corto como mediano plazo.
Así, como resultado de este análisis, se generaron proyecciones en: volúmenes de negociación, ingresos incrementales, ahorros en gastos de operación, ahorros en inversiones futuras e inversión requerida para la implementación de la integración, entre otras estimaciones.
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A partir de la consolidación de la integración, se estima que el incremento anual de ingresos sería de US$21-41 millones en el corto plazo (año cinco) y US$27-51 millones en el mediano plazo (año ocho) por sinergias en las líneas de negocio tradicionales y en el desarrollo de líneas de innovación (servicios de co-location y licenciamiento de índices regionales).
Adicionalmente, una vez que se consolide la integración y se hayan comenzado a materializar los beneficios mencionados, se puede empezar a capturar un valor adicional en ingresos por la profundización de productos del entorno digital en la post-negociación que, si bien no están incluidos en los totales por ser de largo plazo, podrían representar US$20 millones en ingresos anuales adicionales. (Ver más Noticias de Mercado)
Inversiones futuras
Los rubros de gastos de personal, sistemas TI (tecnología e información), y servicios de terceros se podrían reducir significativamente según referentes de integraciones de otras bolsas, representando un potencial de US$8-14 millones de gastos anuales en el corto plazo, y US$16-19 millones en el mediano plazo.
En el caso de producirse en un futuro la adquisición del DCV en Chile, se anticipa poder añadir sinergias de gastos adicionales por US$6-7 millones adicionales en el mediano plazo. También se proyecta una optimización de inversiones recurrentes de TI—Opex y Capex—hasta un 50% (US$5 millones) en el mediano plazo.
Para ejecutar la integración y capturar los beneficios esperados, habría un requerimiento de US$43 millones en Capex y Opex por única vez, los que serían ejecutados en los primeros cinco años, siendo el rubro de tecnología el que representaría cerca del 60% del requerimiento total.
La mayoría de las inversiones se requerirían en el corto plazo, e incluyen la plataforma de negociación, asesoría y otros servicios de terceros, mayores gastos de personal producto de la optimización proyectada y gastos administrativos para la implementación e imprevistos.
Patrimonio y Ebitda
Finalmente, en el escenario más conservador, la integración podría resultar en un Ebitda de US$ 81 millones en el año 2030 (versus US$47 millones sin integración en el año 2020), llegando a un margen Ebitda de 53%.
En ese escenario, el proyecto generaría un valor patrimonial adicional, comparado con la opción de no integrarse, de US$78-81 millones— considerando el rango mínimo de beneficios, vale decir, sin sinergias de ingresos, un alto grado de inversiones requeridas, y que el 50% de las sinergias de gastos serían entregadas al mercado.
El trabajo de valorización de la entidad integrada, realizado sobre la consideración de tres escenarios, arrojó los siguientes rangos de valor patrimonial y beneficios para accionistas y el mercado:
Del cuadro presentado, y considerando el escenario base o más probable, se deduce un punto medio de valor patrimonial para la entidad integrada que se estima en US$764 millones. Cabe destacar que la valorización obtenida considera que, previo al canje de acciones entre las entidades individuales y la entidad integrada, ya se efectuaron por parte de la BCS y del Grupo BVL.
El valor patrimonial promedio de la entidad integrada para el escenario base, implica un upside, o aumento de valor, de poco más del 23%, equivalente a US$144,5 millones, al tiempo que las sinergias totales de la integración, estimadas en US$230 millones, se distribuyen en una relación aproximada de 62,5% para los accionistas y de 37,5% para los participantes del mercado.
Por último, cabe señalar que las tres entidades poseen en la actualidad políticas de distribución de dividendos que históricamente han repartido gran parte de las utilidades generadas en cada ejercicio.
Es así como en los últimos 10 años, en promedio, la BCS repartió el 84,2% de sus utilidades líquidas, la BVC el 73,7% y el Grupo BVL el 99,2%.
Dicho lo anterior, si bien es materia que deberá ser aprobada por los futuros accionistas de la holding regional, es probable que los dividendos a repartir sigan representando una proporción importante de las utilidades que se generarán, cuyos flujos, dadas las proyecciones financieras de la valorización efectuada por el banco de inversión, deberían incrementarse en mayor proporción que la proyectada para las entidades separadas.
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