Alberto Rodríguez, presidente y CEO de Century 21 en Colombia, habló con Valora Analitik sobre cómo sobrellevaron la pandemia, el despegue que tuvieron en 2021 y lo que ven para 2022.

El directivo confirmó que la inmobiliaria tiene un fuerte plan de crecimiento, a tal punto que ven posible abrir 20 franquicias nuevas de la compañía para llegar a 60 en el país y alcanzar las 100 en 2023.

¿Qué balance tienen de la pandemia?

El tema de construcción tiene una particularidad y es que cuando las cosas están mal, las personas dicen «voy a vender» o «voy a arrendar». Lea más en Noticias Empresariales.

En 2020, las personas que estaban en arriendos altos, se tuvieron que mover a precios más bajos, pero otros que estaban en arriendos, que no estaban cómodos por el área, también se movieron.

En ventas de vivienda nueva la cosa estuvo espectacular, gracias a la oferta de subsidios. Así como en el mercado de vivienda usada, que también se está moviendo bastante.

En términos generales, no se presentó una desocupación en el mercado colombiano (de inmuebles residenciales). Algo diferente sucedió en el frente comercial y de oficinas, que se golpearon bastante.

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¿Qué cifras tienen para oficinas?

Hay edificios que mantienen vacancias de hasta 60% y recuperar las cifras todavía va a estar demorado.

Bogotá, por ejemplo, consumía 130.000 metros de oficinas al año y en 2020 se consumieron 50.000. En resumen, hay 700.000 metros disponibles, es decir, inventario para siete años.

Eso hace que las oficinas estén cambiando de usos. Hay algunos edificios que han hecho estudios y modificado zonas para hacer apartamentos.

¿Qué otros cambios o novedades están viendo?

Hay una tendencia que va a llegar más a Colombia y son los cafés con locales de 80 puestos adecuados para que personas consuman y trabajen, y que estén ubicando en zonas clave de la ciudad.

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Con todos estos movimientos, ¿cómo le fue a Century 21 en 2021?

Nos fue muy bien, crecimos un 20% frente al 2019, que era nuestro reto. Cerramos con 40 oficinas operando en Colombia y esperamos para 2022 cerrar con 60 y llegar a otras zonas del país, porque el negocio inmobiliario ha cambiado mucho, sobre todo en el tema digital.

¿Qué tienen pensado para esto?

Entre otras, tuvimos que hacer unos cambios fuertes en tecnología y hoy tenemos una tecnología igual a la de los portales que están llegando, incluido el tema personal.

Los clientes se sirven de la tecnología, pero también tienen una atención personalizada.

¿Hasta qué punto llegan en tecnología?

Se puede entrar al portal como potencial inquilino, seleccionar un inmueble nuestro y, si le interesa, queda aprobado en línea y se puede firmar por esta misma vía.

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Y en venta, también se puede hacer la escritura de manera digital. Hemos hecho ventas así, pero finalmente las personas quieren ir a la oficina o notaría, conocer el inmueble, etc. Tenemos todo el portafolio.

Mencionaba que en 2022 crecerán 50% en oficinas, ¿por qué esa subida tan elevada?

El modelo de Century 21 es que a las inmobiliarias que ya existen les mostramos cómo trabajamos y cómo podemos completar sus cualidades, les entregamos una fórmula que combina tecnología y presencialidad, y así pueden acelerar sus resultados.

Por ende, nosotros esperamos crecer con esas inmobiliarias y que ellas se reten a crecer más, y también con personas a quienes les interese tener un negocio inmobiliario propio, por medio de una franquicia nuestra.

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¿Qué proyectos tienen para 2022?

En Colombia tenemos un gran reto: profesionalizar a los agentes. En el país no hay reglamentación, cualquiera puede vender o arrendar un inmueble comercialmente.

Para esto, hemos trabajo sobre la Universidad Century 21, de tal modo que los agentes que ingresan se les dice cómo deben manejarse una operación inmobiliaria. Adicional a esto, haremos reuniones abiertas para avanzar en esa profesionalización del negocio.

¿Cómo ven la competencia con las plataformas?

Es muy interesante lo que está llegando, porque las plataformas permiten que el cliente pueda subir su inmueble en línea y venderlo o arrendarlo por esa misma vía.

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Para nosotros ha sido muy interesante, porque esas plataformas son muy profesionales y les están dando asesoría a los clientes, aunque nos obliga a que también tengamos en nuestro portafolio ese tipo de servicios.

Más que una amenaza, es una ayuda y tenemos que trabajar de la mano con ellos y ya lo estamos haciendo.

¿Qué retos tiene el país en regulación?

Hay un reto grande y es la Ley 820, que regula los desalojos. Si un inquilino no paga, para poderlo desalojar se puede tardar entre un año y un año y medio.

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Algo diferente sucede con el programa de Semillero de Propietarios, en el cual si una persona no paga, en tres meses tiene que desocupar.

Eso permitió tener un ‘boom’ de construcción, porque está dada la tranquilidad de que si el inquilino no paga, no habrá un tiempo largo sin hacer un lanzamiento.

Esto debería extenderse a los demás arriendos y, en la práctica, el mayor beneficiado sería el inquilino, ya que no tendría que presentar codeudor, pólizas u otras garantías que se exigen en procesos de arrendamiento. Así pasa en los demás países: si no se paga, se debe desocupar.

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