La producción de aceite de Palma en Colombia superó las 1’706.000 toneladas en los últimos 12 meses en noviembre de 2021, lo que significó un aumento en la producción de 9 % para este año. Para más información de agro haga clic aquí.
Esto, según los cálculos de la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite de Palma (Fedepalma), representó una cifra récord de producción nacional frente a las 1’559.000 toneladas en 2020.
De acuerdo con Nicolás Pérez Marulanda, presidente ejecutivo de Fedepalma, este año se convirtió en un periodo positivo en materia de producción, ya que a noviembre la cuenta estaba en 147.000 toneladas promedio mensuales.
Esto significó un repunte frente a 2020 cuando el promedio se ubicó en 130.000 toneladas por mes.
Con este resultado es estima que el valor de la producción del sector palmero colombiano estaría alrededor de 7,5 millones para 2021 mostrando un crecimiento de 80% respecto a 2020.
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De igual modo, las ventas de aceite de palma en el mercado local continúan reflejando una positiva dinámica y atendiendo los requerimientos tanto de segmentos de usos comestibles, como los no comestibles, es así como las ventas locales de aceite de palma, que llegaron a 848.000 toneladas en 2020, estarían en alrededor de 1’200.000 toneladas al finalizar 2021.
Es decir, que se registraría un crecimiento de 41,4 %, según las estimaciones de Fedepalma.
Por su parte, las ventas de Colombia del mercado externo de aceite de palma para este año se ubicarían en alrededor de 510.000 toneladas, lo que implicaría un valor total estimado de US$565 millones, expuso el dirigente gremial.
Según Fedepalma, con estos resultados el aceite de palma se ubicaría como el principal renglón de las exportaciones no tradicionales agropecuarias.
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Por su parte, los precios internacionales del aceite de palma en Europa, al igual que los de otros commodities, en promedio estuvieron en US$710 en 2020, alcanzando un promedio en lo corrido este año de US$1.199, lo que implica un crecimiento de 68 %.
Lo anterior, en razón al menor dinamismo de la producción de aceite de palma en el mundo, particularmente en Malasia (el segundo productor global), y la fuerte demanda de aceites y grasas debido al auge de los biocombustibles y la recuperación económica.
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