En la era de la Gran Renuncia, los líderes empresariales reconocen que la curiosidad es una habilidad cada vez más valiosa. La curiosidad es cada vez más requerida por las organizaciones para así enfrentar algunos de los mayores retos actuales, desde la mejora de la retención de los empleados o la satisfacción laboral hasta la creación de lugares de trabajo más innovadores, colaborativos y productivos. Así lo señala el Reporte SAS Curiosity@Work, una nueva investigación de SAS, que encuestó a casi 2000 directivos a nivel mundial y analizó datos de LinkedIn durante el último año. Vea más sobre Noticias Empresariales.
El reporte define la curiosidad como el impulso de buscar nueva información, experiencias y explorar nuevas posibilidades, destacando la importancia de este atributo sin importar el rol o nivel del empleado dentro de su organización. El estudio reveló que casi tres cuartas partes (72%) de los directivos creen que la curiosidad es una habilidad muy valiosa en los empleados, y más de la mitad están totalmente de acuerdo en que la curiosidad impulsa un impacto real en el negocio (59%) y que los empleados que tienen más curiosidad tienen un mayor rendimiento (51%).
El reporte destaca cómo la curiosidad ha ganado fuerza en medio de la creciente demanda de esta competencia. Según los datos de LinkedIn, de un año a otro se ha registrado un aumento del 158% en el engagement con posts, shares y artículos que mencionan la curiosidad, un crecimiento del 90% en las ofertas de empleo que mencionan la curiosidad y un crecimiento del 87% en la mención de habilidades relacionadas con la curiosidad.
En el entorno actual de la Gran Renuncia, los directivos encuentran especialmente difícil mantener alta la moral y la motivación de los empleados, ya que el 60% de los directivos lo citan como una dificultad. Más de la mitad de los directivos se enfrentan a retos para retener a los buenos empleados (52%), conseguir que los empleados vayan más allá de las tareas básicas del trabajo (51%) e impulsar la colaboración con otros equipos y departamentos (50%). Sin embargo, muchos de los beneficios asociados a la curiosidad abordan directamente estos retos empresariales clave. Los directivos encuestados coincidieron en que los beneficios más valiosos de la curiosidad incluyen una mayor eficiencia y productividad (62%), un pensamiento y soluciones más creativos (62%), una mayor colaboración y trabajo en equipo (58%) y un mayor compromiso de los empleados y satisfacción laboral (58%).
Recomendado: ABC de las dudas más frecuentes de los empresarios sobre el factoring
«Nuestra investigación muestra una poderosa visión de que la curiosidad ya no es sólo algo positivo. Por el contrario, esta habilidad se ha convertido en un imperativo empresarial que ayuda a las empresas a abordar los retos críticos y a fomentar la innovación», afirmó Jay Upchurch, CIO de SAS.
La mayoría de los directivos están de acuerdo en que la curiosidad es especialmente valiosa a la hora de innovar con nuevas soluciones (62%), abordar problemas complejos (55%) y analizar datos (52%), lo que la convierte en un atributo importante para impulsar el conocimiento y la integración de los datos. Centrándonos en los directivos que se consideran más curiosos, estos profesionales señalan que su empresa está significativamente más avanzada en la transformación digital (el 56% de los que califican de alta la curiosidad frente al 29% que la califican de baja). También utilizan con frecuencia más fuentes de datos en sus funciones, en particular las que les ayudan a comprender mejor a sus clientes (58%), el rendimiento (60%) y los compañeros de trabajo (63%).
Para que su empresa tenga éxito en los próximos tres años, los directivos dicen que su organización necesita empleados con experiencia técnica en áreas de inteligencia artificial (63%) y análisis de datos (60%), así como atributos personales como el pensamiento creativo (59%) y la resolución de problemas (59%). Sin embargo, los directivos también dicen que les cuesta encontrar nuevas contrataciones con esta combinación de habilidades técnicas necesarias (65%) y atributos personales (60%) -como la curiosidad- que sus departamentos necesitan para tener éxito.
Clasificación de los directivos en tipos de curiosidad
El reporte también clasifica a los directivos encuestados en cuatro segmentos con mentalidad de curiosidad:
- Colaboradores con alta curiosidad (35%): Valoran la colaboración, el trabajo en equipo, son implacables en la búsqueda de respuestas; creen que la curiosidad conduce a mejorar el rendimiento y la satisfacción laboral.
- Buscadores de opiniones impulsados por la flexibilidad (26%): Aceptan los retos y valoran la opinión de los demás; creen que la curiosidad conduce a la flexibilidad y la adaptabilidad en tiempos de incertidumbre, pero no creen que la curiosidad conduzca a una mayor eficiencia y productividad.
- Líderes centrados en la productividad (24%): Creen que la curiosidad ayuda a la eficiencia y la productividad, así como que son conductores de una mayor colaboración y trabajo en equipo, aunque son menos propensos a creer que impulsa la inclusión y la diversidad de pensamiento.
- Líderes anti-curiosidad (16%): No creen que la curiosidad añada ningún valor al rendimiento.
Muchas organizaciones corren el riesgo de quedarse atrás por su incapacidad para desarrollar y aprovechar la curiosidad
Aunque la mayoría de los directivos encuestados creen que la curiosidad es valiosa, muchos se enfrentan a dificultades para fomentar y alentar esta competencia. De hecho, más de dos de cada cinco directivos admiten que se sienten poco o nada preparados para identificar la curiosidad en los candidatos a un puesto de trabajo (47%) y en sus subordinados directos (42%). Incluso si los directivos se sienten preparados para identificar este atributo, muchos dicen que es un reto desarrollar la curiosidad en empleados que no la tienen de forma natural (47%) y luchan por conectarla con el rendimiento laboral (47%) y el impacto en el negocio (43%). Estos resultados ponen de manifiesto una desconexión entre los beneficios percibidos de la curiosidad y el potencial de las organizaciones para aprovechar esta habilidad entre los empleados.