Silvana González creció entre los cafetales de Fresno, Tolima. Su papá, 40 años atrás, compró una finca en ese municipio, en medio de una subasta y sin saber cómo sería el terreno.
A ese pedacito de campo, cercano al Nevado del Ruiz, pero en medio de las altas temperaturas de Fresno, le dieron vida con cultivos de café, en un negocio familiar que sembró en Silvana el interés por emprender.
Estudió veterinaria persiguiendo el sueño de ser médica de caballos, tuvo un proyecto dedicado a los equinos, pero un fracaso en esa empresa plantó en ella el deseo de volverlo a intentar. Esa segunda oportunidad la trazó con el legado de su infancia: el grano insignia de Colombia.
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En 2013 montó Café La Divisa, la primera compañía de cafés especiales del país que se dedica a incrementar la libertad financiera en las mujeres, generando empleo en la fábrica de café totalmente operada por ellas. Esa marca se constituyó bajo la sombrilla de la compañía de la familia.
Cuando empezó poco conocía del negocio de la transformación del grano, pero logró consolidar una empresa que genera seis empleos directos y 35 indirectos, convencida de que la fuerza laboral de la región tiene la capacidad de transformar las materias primas en productos de exportación.
Disfrutó cada paso: empezó en una habitación vacía en la casa de su abuela, hizo una inversión inicial de 100 millones de pesos, pero mensualmente tuvo que seguir inyectando capital hasta que llegó al punto de equilibrio cuatro años después.
En 2018 se independizó de la razón social de su familia y desde entonces es una emprendedora con una firma propia y el objetivo firme de empoderar a las mujeres a través del café, generando ingresos para ellas, convencida de que esas entradas son sinónimo de libertad económica.
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Entre 2019 y 2020 su emprendimiento tuvo un crecimiento del 30 %, pero llegó la pandemia y la caída en los ingresos durante el primer semestre alcanzó el 70 %, justo cuando acababa de consolidar una inversión de 150 millones de pesos más para comprar una tostadora de café.
“Pude conocer los procesos, disfrutarlos, operar mi tostadora, formar una estructura para crear sabores espectaculares. Eso fue para mí 2020: mientras tenía un decrecimiento tan fuerte pude entender mi empresa”, expresa la CEO de Café La Divisa.
Ese emprendimiento exporta a Alemania, Austria, Chile y Estados Unidos y está por sellar dos mercados más, un logro que alcanzó dándose a conocer en redes sociales, de las que hoy sale el 30 % de sus ventas totales.
En un mes producen 6.500 libras de café que se convierten en entre 65.000 y 70.000 unidades de bolsas que son comercializadas en supermercados, restaurantes, hoteles y a compradores internacionales, llevando a nuevas geografías una taza de café transformada por mujeres colombianas.