Desde hace algún tiempo venimos escuchando que los datos son el nuevo petróleo. En un mundo cada vez más digital e informado como el que tenemos esta afirmación en realidad se queda corta: son el oxígeno que nos permite pensar y movernos en la actualidad.
A medida que internet, los dispositivos móviles, los sensores y las nuevas plataformas digitales generan cada vez más datos, las empresas tienen nuevas oportunidades para transformarlos en conocimiento. Y es con conocimiento que se puede impulsar la innovación, optimizar el lanzamiento de productos y servicios o, incluso, crear ventajas competitivas y ganadoras en los contextos actuales, entre muchos otros beneficios.
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Una buena noticia es que cada vez más organizaciones comienzan a darle valor a los datos, cada vez más empresas los aprovechan y extraen inteligencia para la toma de mejores decisiones de negocio y cada vez más empresas desarrollan sus propios laboratorios de datos, recurren a científicos de datos y se apalancan en empresas como SAS que les proveen todas las soluciones analíticas y los recursos para aprovechar mejor esos datos.