El año pasado Colombia se destacó como uno de los países de América Latina y el Caribe que registró los mayores avances en la transición energética, ya que de acuerdo con el Índice de Transición Energética que realiza cada año el Foro Económico Mundial, el país obtuvo la posición 25 entre un total de 115 naciones. Para más información de energía haga clic aquí.
Tras la reactivación, el sector energético ha sido uno de los que impulsan la economía nacional y regional del país. Tanto así que ha influido en factores como la generación de empleo, desarrollo de infraestructura y crecimiento de la inversión de capital extranjero.
Sin embargo, cada día las empresas tienen que asumir nuevos retos para llegar a cumplir con uno de los objetivos del Gobierno Nacional: lograr que entre 12 % y 14 % de la matriz eléctrica para 2022 sea de energías renovables no convencionales.
Hasta el momento, según cifras del Ministerio de Minas y Energía de Colombia se adelantaron más de 64 proyectos de generación y autogeneración de corriente renovable no convencional, que produjeron inversiones por más de $858.000 millones y la generación de más de 2.000 empleos.
Además, hay 184 iniciativas de electrificación rural en zonas conectadas y no interconectadas que representan inversiones por más de $723.000 millones entre los fondos Faer, Fazni y el Sistema General de Regalías (SGR).
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No obstante, pese a las cifras positivas, algunos de los mayores problemas que generó la reactivación económica en este sector fue la de no tener flujo de caja y la imposibilidad de acceder a créditos de financiación que les permita salir adelante en el futuro con proyectos que cumplan los requisitos de esta nueva realidad.
Para Angélica Arcila, CEO de Revaliu, compañía especializada en reperfilamiento de deuda, adquisición de capital de trabajo y buscar financiación para proyectos de energía, “esto no se debería presentar, pues es importante el desarrollo de nuevas propuestas energéticas por las ventajas que generan al producir una mejor calidad de vida gracias a la reducción de gases de efecto invernadero y al hecho de ser uno de los motores de mayor productividad en el país”.
Sin embargo, la mayoría de empresas del sector presentan dificultades para acceder a inversionistas, fondos y créditos que financien sus proyectos, ya que muchos requieren de inversiones de un alto valor de capital que cubran la demanda de la infraestructura, operación y mantenimiento de cada parte de la cadena de valor energético dentro del mercado nacional.
Actualmente solo hay tres formas de financiación para estos proyectos en el mercado: el primero es el capital interno, cuya inversión depende de los recursos de empresas privadas. Luego el más común es el de mercado financiero que funciona por medio de bancos comerciales con diferentes líneas de créditos o estructuración de proyectos. Y, por último, están las de los entes multilaterales que se especializan en realizar inversión en diferentes sectores de la economía a través de fondos privados.
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Teniendo en cuenta esas dificultades por las que pasan la mayoría de empresas de energía a la hora de acceder a una financiación, la CEO de Revaliu recomendó:
1. Tener el acompañamiento de especialistas para estructurar proyectos financieros a la medida de cada organización, ya que el no hacerlo podría acarrear errores en las solicitudes que le quitarían la posibilidad a la compañía de obtener estos créditos.
2. Se debe establecer la magnitud de cada proyecto en materia económica, es decir: costos, plazos, legislación, pólizas requeridas, tipos de riesgos en los que se pueden incurrir y que generen costos adicionales, los proveedores, el flujo de caja, la rentabilidad que se pueda generar, entre otros.
3. Los expertos deben hacer la elección de la fuente de financiación ideal a partir del tamaño del proyecto y la estructura más conveniente para cada cliente.
4. Tener claridad de los requerimientos que exigen para el capital a partir de evaluar equity y posibles fuentes de financiación.
Conocer los mecanismos de acceso a este tipo de capitales se transformó en una de las mayores necesidades de la coyuntura, ya que serán el medio que permitirá el desarrollo de nuevos proyectos de energía en el país.
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El año pasado Colombia se destacó como la nación de América Latina y el Caribe que registró los mayores avances en la transición energética, ya que de acuerdo con el Índice de Transición Energética que realiza cada año el Foro Económico Mundial, el país obtuvo la posición 25 entre un total de 115 naciones.
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