Mi Finca Paisa es un restaurante campestre ubicado en la sabana de Bogotá. Sus platos son preparados con los mejores ingredientes y exaltan el encanto de la comida antioqueña. Además de apostarle a la reactivación económica, cuentan con amplias zonas verdes, un atractivo y cómodo salón con capacidad para 180 personas, juegos infantiles y música en vivo. Vea más de Empresas.
Este restaurante, al igual que otros del país, sufrió los efectos de la pandemia, a causa de las cuarentas y demás consecuencias económicas que trajo ese suceso mundial. “Para nosotros la pandemia fue un tema bastante fuerte, pero logramos mantenernos y no despedir a ninguno de nuestros empleados de planta gracias a distintas actividades que llevamos a cabo, como serenatas virtuales. Durante ese tiempo fuimos puente de donaciones entre nuestros clientes y la población vulnerable del municipio de Tenjo, Cundinamarca”, contó Sandra Isabel González.
Mi Finca Paisa tiene un excelente equipo humano, amplias zonas verdes, un atractivo y cómodo salón con capacidad para 180 personas, juegos infantiles, música en vivo, parqueadero privado. Adicionalmente, sus amplias instalaciones permiten que tengan el aforo completo, guardando la distancia social exigida y manteniendo los protocolos de bioseguridad tanto para los trabajadores como para sus visitantes.
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“Ahora lo que las personas están buscando espacios al aire libre y en los que puedan tener contacto con la naturaleza, esto como producto de tanto tiempo encerrados. Por esto, somos una excelente opción para salir de la rutina, pues nos encontramos fuera de la ciudad y en nuestras instalaciones tenemos animales de granja”, resaltó Isabel.
En cuanto a la gastronomía, han querido ofrecer sabores típicos, pero con un toque autentico y original. Dentro sus platos tienen el menú típico paisa. “Tenemos un plato que es de nuestra creación que es el Suchi – charrón, tienen ingredientes autóctonos, que cuenta con una variación que lo hace ver muy gourmet. Es un suchi netamente colombiano”, agregó González.
Por otro lado, la pandemia les dejó cosas muy valiosas como la colaboración con los campesinos y comerciantes de locales, todos ayudándose entre todos: “Tenemos una señora que tiene una huerta, que es la que nos provee, hace parte del programa ‘Tenjo compra Tenjo’. Los productos, en su gran mayoría, los compramos a pequeños comerciantes locales con la intención de ser un apoyo para ellos en medio de la pandemia”, explicó Isabel.
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Actualmente, cuentan con gran aforo de clientes y contratan estudiantes para que trabajen los fines de semana, apoyando así, el empleo a personas jóvenes que quieren progresar, dándoles la oportunidad de generar ingresos para sostener sus estudios.