Las remesas tienen un papel fundamental para la economía de Venezuela. En un país del que han salido 5,6 millones de migrantes y refugiados, muchos en edad de trabajar, los envíos de dinero desde el exterior, sobre todo en dólares, son importantes para la economía del 80 % de los hogares que reciben esas transacciones.
Así lo determinó un estudio del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericano (Cemla). Estas han tenido un crecimiento sostenido en relación con el incremento de la movilidad humana proveniente de esa nación, que se acentuó desde agosto de 2015 y es el segunda migración más grande del planeta. (Ver más de Internacional).
Un 84,9 % de los migrantes envían remesas con frecuencia, con una periodicidad promedio que va desde cada dos semanas hasta cada mes y medio. Un venezolano en el exterior efectúa 14,9 envíos por año y el monto promedio de una transacción es de US$145. Si se busca una media mensual de los intercambios, esta se sitúa en US$155, según el Cemla.
Esas partidas mueven la economía de Venezuela: para los hogares que reciben las partidas son una renta fundamental para subsistir en medio de una economía que se dolarizó por la fuerza, a pesar de los silencios del Banco Central sobre la circulación de la divisa.
La evidencia se lee en el informe: “En el 32,4 % de los hogares receptores, esos recursos constituyen la fuente principal del ingreso y, para el 48,4 %, son importantes, pero no representan la fuente principal. Así, para el 80,8 % las remesas son un ingreso importante”.
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“Venezuela tiene una crisis sin precedentes para la región con una contracción de la economía de más de 80 % en siete años y los ingresos de los hogares retrocedieron más del 90 %. Con ese panorama, para muchas familias las remesas son una fuente clave para poder sostener consumo, sobre todo el ligado a artículos de primera necesidad”, explica Asdrúbal R. Oliveros, director de Ecoanalítica.
La renta mensual promedio de los venezolanos que envían dinero a sus seres queridos es de US$1.655. La mayoría trabajan ejerciendo una carrera profesional (41,4 %), otros tienen un negocio propio (8,5 %) o laboran en restaurantes (7,6 %) y tiendas (7,2 %). Los restantes ejercen oficios en áreas como la construcción, el campo y la limpieza.
Una importante proporción son giradas a familiares (una o más personas hogar). El análisis detalló que la madre es la principal receptora de esos giros y luego aparecen los hermanos y el padre. Esos dineros, casi siempre, se utilizan para la sobrevivencia del día a día.
Y es que el 93,7 % de los consultados expresaron que los dineros se invierten en manutención, también en gastos en salud (89,4 %) y el pago de deudas (45,2 %), de acuerdo con la pesquisa del Cemla.
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Chile, España y Estados Unidos son los principales lugares de residencia de los venezolanos que giran dinero. Colombia también tiene una importante participación en este asunto: el Banco de la República apuntó que desde allí se enviaron US$120.000 en 2020 y el promedio del primer trimestre de 2021 ascendió a los US$50.000.
En el país residen 2,2 millones de venezolanos, según el Dane (1,7 millones si se tiene en cuenta la estadística de Migración Colombia) y este es el principal destino de la movilidad humana proveniente de Venezuela, impulsada por la emergencia humanitaria compleja.
En los seis primeros meses del año, la inflación acumulada fue del 333 % y la variación interanual para junio se ubicó en 2.615,5 %, de acuerdo con el Observatorio de Finanzas. El constante incremento de los precios al consumidor pulveriza el salario de los trabajadores y los dólares que llegan del exterior se constituyen como una ruta de escape para aliviar la crisis.
El salario promedio de un trabajador en Venezuela puede alcanzar los US$50, incluso, la media del sueldo para los empleados del sector público es de US$10. En un panorama de entradas precarias, las remesas permiten cubrir entre el 50 % y el 70 % de la canasta familiar, según cálculos de Olíveros, jugando un papel determinante en el consumo.
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