Aunque Estados Unidos evaluó la posibilidad de ampliar la fecha del retiro definitivo de sus tropas de Afganistán para después del 31 de agosto, la Casa Blanca decidió mantener para ese día la salida total de los soldados que aún quedan desplegados en ese país de Medio Oriente.
En otros términos: solo hasta ese momento podrán facilitar la salida de los ciudadanos afganos que intentan huir de su tierra, antes de que se consolide el regreso de los talibanes al poder, un grupo que surgió en la década de los 90 y que promueve una línea dura del islam sunita. (Ver más de Internacional).
El escenario es más crítico, si se tiene en cuenta que los talibanes prohibieron a los habitantes locales acercarse al aeropuerto de Kabul, desde donde Estados Unidos y otras naciones intentan facilitar la escapada de personas que trabajaron para las potencias o que intentan escabullirse del régimen.
Desde el 14 de agosto y hasta la mañana del 24 de agosto, se han evacuado a 58.700 personas, pero las imágenes de las inmediaciones de la terminal aérea evidencian que hay miles de individuos intentando tomar un avión, mientras otros buscan caminos para cruzar las fronteras del país.
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La posición de los talibanes también complicó la asistencia de la comunidad internacional: el grupo dijo que solo permitirá las evacuaciones hasta el 31 de agosto, dejando sin garantías a las tropas internacionales que mantienen a algunos efectivos en la zona.
El Grupo de los Siete (G7) sostuvo una cumbre de emergencia sobre la situación de Afganistán este martes, en la que acordaron que las prioridades de la comunidad internacional serán las evacuaciones, la ayuda humanitaria, asistencia y posibles escenarios para los refugiados que necesitan protección.
Las tropas trabajan contra reloj: solo entre las tres de la mañana del 23 de agosto y esa misma hora del 24 de agosto, 21.600 personas fueron evacuadas de Kabul en 37 vuelos militares estadounidenses y 57 de la coalición.
Las potencias trabajan a dos bandos: mientras presentan asistencia humanitaria, buscan acercamientos con el régimen. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, resaltó que “el reconocimiento a los talibanes no está sobre la mesa” y que buscan, de forma coordinada, ayudar a las mujeres del país que “están expuestas y necesitan protección”.
Los talibanes tomaron el poder en Afganistán durante el fin de semana del 14 y el 15 de agosto, en el marco de las operaciones de la Casa Blanca para el retiro de sus tropas, militares que estuvieron en ese país durante 20 años. La salida de los uniformados fue acordada por el exmandatario Donald Trump en 2018.
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