El Open Banking o banca abierta ha pasado de ser una tendencia en términos de servicios bancarios para convertirse en una realidad inminente para los sistemas financieros y los actores que en estos operan. De hecho, el 71 % de los especialistas del sector ve que el Open Banking será un estándar clave en los próximos cinco años dentro de América Latina”, señala Oriol Pérez-Cubero, director de Servicios Financieros de Minsait en Colombia. Vea más noticias de Empresas.
El más reciente Informe de Tendencias en Medios de Pago elaborado por Minsait Payments, la filial de medios de pago de Minsait, una compañía de Indra, indica que esta visión implica un gran reto para las diferentes entidades del sistema financiero en términos de transformación digital, especialmente en países como Colombia, donde pese al aumento de las transacciones electrónicas vía canales digitales como billeteras móviles y la correspondiente reducción del uso del efectivo en 61 % durante 2020, el Open Banking aún es percibido como una realidad lejana.
Sin embargo, cada vez más instituciones públicas y privadas reconocen la importancia de este modelo para potenciar el acceso al sistema financiero, así como para responder a las necesidades cambiantes de sus usuarios y el mercado. De ahí, la fuerte apuesta de entidades como el Ministerio de Hacienda y la Superintendencia Financiera de Colombia para preparar el terreno a nivel regulatorio con el fin de garantizar la incorporación del Open Banking en el país.
“Con el Open Banking el usuario asume un rol mucho más protagónico dentro del sistema financiero, lo que es un incentivo para que las entidades generen cambios que deriven en servicios más atractivos, así como la apertura de nuevo canales para llegar a un mayor número de clientes. Estos son algunos de los beneficios que impulsan a las autoridades en Colombia y el mundo a buscar formas para hacer de la banca abierta una realidad en el futuro próximo” explicó Oriol Pérez-Cubero, director de Servicios Financieros de Minsait en Colombia.
El usuario en el centro del sistema financiero
El Open Banking no solo es una oportunidad para que el sistema financiero llegue a más personas, sino también es una herramienta que potenciará sus resultados y eficiencia puesto que habilita un entorno que, de forma paralela, empodera a las personas al hacerlas dueñas de su información financiera y permite a las entidades del sector contar con la data necesaria para potenciar una oferta personalizada de productos y servicios para los usuarios.
Así, desde la perspectiva del usuario, por medio de la interoperabilidad y colaboración entre entidades tales como bancos, fintechs, insurtechs y otros tipos de empresas, los usuarios gozarán de un sistema financiero más competitivo que se esfuerza por entender su situación particular para diseñar y ofrecer soluciones a la medida de sus requerimientos y expectativas, y que lo motiven a iniciar procesos de portabilidad.
Por ejemplo, bajo un esquema de Open Banking, un usuario que requiere un préstamo en alguna institución financiera ya no debe cargar con decenas de papeles sobre su información personal o financiera, pues estos datos son accesibles para los actores del sistema financiero si el usuario previamente lo autorizó. De esta manera, por medio del flujo de información vía interfaces de programación de aplicaciones (APIs), se logra mayor eficiencia en procesos y mejor experiencia al lograr una atención de forma inmediata.
Asimismo, gracias a esta disponibilidad de información, otras empresas o proveedores pueden identificar y atender ciertas necesidades de los usuarios, de forma tal que el mercado siempre estará en busca de la personalización de productos o servicios para generar valor y fidelizar a sus clientes actuales y potenciales, haciendo que la competitividad y la innovación sean un estándar operacional.
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Sin embargo, aunque el usuario es el principal beneficiario, no es el único que gana con la implementación de un sistema de banca abierta. Las entidades financieras y operadores de servicios financieros podrán crear nuevos canales y productos para llegar a más clientes, disponer de mejor información para tomar decisiones de mercado, innovar para encontrar mecanismos que moneticen la información y lograr un mayor nivel de interconexión con otros actores del sistema.
Así, entre los principales beneficios del Open Banking para los actores y prestadores de servicios financieros se pueden destacar:
- Acceder a un ecosistema de mayor competitividad que impulsa a la mejora continua
- Impulsar la innovación y la diferenciación como ejes clave de operación en las empresas
- Mejorar el conocimiento sobre el cliente para buscar un mayor nivel de fidelización
- Mejorar el posicionamiento digital y apalancamiento en herramientas tecnológicas
- Generar nuevas fuentes de ingresos/modelos de negocio
- Incrementar la eficiencia de los servicios propios y del sistema financiero para alcanzar más resultados.
“Durante el último año, Colombia ha experimentado un gran salto en términos de transformación digital de servicios financieros, especialmente en términos de apertura y uso de canales para realizar transacciones, logrando un repunte en las cifras de inflación financiera y la dinamización de otras operaciones, como el comercio en línea. Estos avances en digitalización crean un punto de partida ideal para la implementación del Open Banking, no obstante, el reto será abordar diferentes aspectos regulatorios para hacerlo de forma ágil, confiable y oportuna”, concluyó Oriol Pérez-Cubero, director de Servicios Financieros de Minsait.