Los venezolanos que han salido de su país, en su mayoría, están en edad de trabajar y tienen altas calificaciones para acceder al mercado laboral, lo que les permitiría tener un papel importante para facilitar el crecimiento económico de los países de acogida.
Así lo consideró el informe sobre Integración socioeconómica de los migrantes y refugiados venezolanos presentado por el Migration Policy Institute (MPI), en el que analizaron el panorama para Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.
De acuerdo con Acnur, hay 3,9 millones de venezolanos desplazados en el extranjero, de los que 1,7 millones residen en Colombia, de acuerdo con las cifras de Migración Colombia, lo que hace de este territorio la segunda nación que más desplazados internacionales recibe a través de sus fronteras en todo el mundo.
MPI resaltó que venezolanos son, generalmente, más jóvenes, y es más probable que estén en edad de trabajar, en comparación con la población de los países de acogida. Igualmente, afirma ese centro de pensamiento, están llegando con altas calificaciones para laborar
Para los casos de Colombia, Perú y Ecuador, la proporción indica que tres de cada cuatro migrantes y refugiados hombres y adultos tienen entre 18 a 35 años, lo que les constituye como una eventual mano de obra importante.
Darles un estatus legal a estas personas les abre las puertas al mercado laboral formal y a un mejor acceso a servicios esenciales. No obstante, hay una disparidad en la seguridad laboral para los migrantes respecto a las condiciones que tienen las comunidades de acogida. Entre los países de la región estos presentan tasas de formalidad divergentes.
Diego Chaves-Gonzalez, consultor para el Banco Mundial e investigador del estudio, indicó que la integración económica de los migrantes se fortalece en la medida que los actores públicos redoblan esfuerzos para reducir la regularidad, incrementar opciones para acceder al estatus regular, garantizar el acceso a la educación, facilitar el reconocimiento de sus documentos, abordar brechas salariales y mantienen la transparencia de datos.
El MPI detalla que los salarios más altos están asociados a mayores aportes a la economía. Las tasas de desempleo de los venezolanos en Colombia y Perú disminuyeron entre 2017 y 2019, pero crecieron nuevamente con la pandemia. En contraste, en Brasil y en Ecuador se han mantenido al alza, mientras que en Chile han variado.
El empleo es un indicador importante para la integración, pero es pertinente revisar las condiciones de calidad de este. Asuntos como la educación y el acceso a la salud también permite evaluar la evolución en el manejo del fenómeno de movilidad humana.
“A medida que los venezolanos pasan largos períodos de tiempo en estas comunidades, sus oportunidades de integración y de empleo usualmente mejoran”, apuntó el MPI en su informe sobre integración.
Diego Beltrand, enviado especial de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) para los flujos de migrantes y refugiados de Venezuela, sentenció que “son muchos los beneficios de la integración”, como las vías de solución para enfrentar problemas de crecimiento económico.
Para los expertos, la respuesta al fenómeno de movilidad humana proveniente de Venezuela está en la integración, que se logra a través de políticas públicas de los gobiernos dirigidas a facilitar la llegada y acceso a derechos de estas personas en los países de acogida.
La migración de venezolanos por Latinoamérica inicio en agosto de 2015, cuando el régimen de comenzó a expulsar a colombianos que residían en Venezuela. Desde entonces, se ha mantenido vigente, impulsada por la emergencia humanitaria compleja que vive ese país y el colapso del aparato estatal.
El Grupo de Trabajo de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para la Crisis de Migrantes y Refugiados Venezolanos calcula que el éxodo venezolano podría alcanzar a siete millones de personas para el primer trimestre de 2022, una vez se reabran las fronteras.
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