La pandemia ha sido gran impulsora del comercio electrónico en el país; sólo en 2020 se registraron ventas por encima de los $29 billones y un crecimiento de 31 % aproximadamente con respecto a 2019, según datos de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (Ccce).
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Un año después de declarada la pandemia y con un panorama distinto en cuanto a los hábitos de consumo y preferencias de los colombianos, la entidad prevé un crecimiento de 16 % al cierre de 2021.
Para María Fernanda Quiñones, presidente ejecutiva de la Ccce, “el sector ha vivido un aumento acelerado por cuenta de los comercios que desplegaron sus operaciones a través del canal digital para responder a las necesidades de los ciudadanos en medio de la crisis sanitaria y los confinamientos. Una situación que demostró la importancia del comercio digital para los hogares y la economía, así como los desafíos de la industria”.
El e-commerce en Colombia en 2020 dejó unas cifras históricas como el alza de 11 % semanal en los momentos más críticos de la cuarentena, también puso de manifiesto los aspectos en donde más hay que trabajar de cara a la nueva dinámica del sector.
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Para la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, estos son los cuatro desafíos en los que deberá centrarse el país para responder a esta realidad enmarcada en el comienzo de un proceso de reactivación y recuperación económica:
1. Acceso limitado al sistema financiero: la inclusión financiera es determinante para el buen desarrollo del comercio electrónico y otras actividades económicas del país. Uno de los medios de pago más utilizados en e-commerce es la tarjeta de crédito y en 2019 tan sólo 27 % de la población adulta había adquirido este medio de pago, lo que impacta los procesos de digitalización.
Otras alternativas de pago como las billeteras virtuales y códigos QR están tomando fuerza. De acuerdo con el Informe de Tendencias de Medios de Pago, elaborado por la firma Minsait Payments, siete de cada diez colombianos redujo el uso del dinero en efectivo en el 2020, optando por las transferencias directas a cuentas.
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Lo anterior supone una oportunidad para fortalecer y vincular a la población colombiana con los canales de pago digitales.
2. Poca cobertura en conectividad nacional: la conectividad es un requisito para impulsar la economía. El panorama en el país está marcado por una gran brecha entre las ciudades principales y las regiones apartadas como Vaupés, Vichada, Amazonas, Guaviare, Guainía, Putumayo, San Andrés, La Guajira y Cauca, que para 2019 contaban con cinco o menos accesos por cada 100 habitantes.
“Si bien se ha avanzado en el tema de conectividad, aún hay esfuerzos por hacer en conexiones fijas y móviles. Según la Confederación de Cámaras de Comercio (Confecámaras), en el 65 % de los departamentos de Colombia la suscripción a Internet es del 10 %. Estas carencias en acceso a internet impiden la digitalización y el acercamiento de miles de colombianos a las oportunidades que ofrece el comercio electrónico”, comenta la presidenta ejecutiva de la Ccce.
3. Mejorar la confianza del consumidor para las transacciones digitales: Una amplia parte de la población colombiana se animó a comprar por primera vez a través de una plataforma digital, sin dejar de lado la preocupación por la seguridad de los datos personales y bancarios al realizar las transacciones en línea.
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Aunque la pandemia representó una oportunidad para simplificar los procesos de compra y venta, el tema de la seguridad ha representado una falta de confianza para atraer a nuevos usuarios.
4. Logística eCommerce: este tema sigue siendo uno de los retos más importantes para el comercio electrónico. Los altos costos, las demoras en las entregas, un nuevo consumidor más exigente enfocado en la practicidad, son algunos de los aspectos a fortalecer.
Hoy en día, las personas valoran más las alternativas rápidas de entrega y el contacto con quien lleva su producto para calificar su experiencia, y este es el gran desafío: responder a las expectativas del consumidor.
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