La Comisión Europea determinó que las fabricantes de vehículos Daimler, BMW y el grupo Volkswagen (propietaria de las marcas Volkswagen, Audi y Porsche) infringieron las normas antimonopolio de la Unión Europea, por lo que el organismo impuso una multa a las empresas.
La acusación destaca que esas marcas contaban con la tecnología necesaria para reducir las emisiones nocivas de los autos más allá de los estándares trazados por las normas de emisiones de la UE.
No obstante, evitaron competir en el uso de todo el potencial de esta tecnología para adherirse solo a lo que exige la ley, mediante un acuerdo que ajustó sus condiciones de fabricación.
“No toleramos cuando las empresas se confabulan. Es ilegal según las normas antimonopolio de la UE. La competencia y la innovación en la gestión de la contaminación de los automóviles son esenciales para que Europa cumpla nuestros ambiciosos objetivos del Pacto Verde”, apuntó la vicepresidenta ejecutiva de la Comisión, Margrethe Vestager.
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En la misiva presentada por el bloque se lee que los fabricantes de automóviles celebraron reuniones técnicas periódicas para discutir el desarrollo de la tecnología de reducción catalítica selectiva. Esta es la encargada de eliminar las emisiones nocivas de óxido de nitrógeno de los motores diésel, mediante la inyección de un componente llamado AdBlue.
Las empresas acordaron los tamaños y rangos de los depósitos de AdBlue en el proceso de fabricación de vehículos. Además, se pusieron de acuerdo sobre el consumo medio estimado de AdBlue e intercambiaron información comercial. “Esto significa que restringieron la competencia en las características del producto relevantes para los clientes”, apuntó la Comisión Europea, lo que se constituye como una infracción en tanto limitaron sus desarrollos técnicos.
Daimler recibió una inmunidad por parte del organismo, lo que le evitó pagar una multa de 727 millones de euros. Para grupo Volkswagen la infracción tendrá un costo de 502 millones de euros, mientras que BMW deberá pagar 372 millones de euros.
En mayo de 2020 la justicia de Estados Unidos ordenó a Volkswagen pagar una indemnización a los conductores que compraron vehículos con motores diésel manipulados.
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