El Senado de Brasil aprobó la privatización de Eletrobras, la empresa del sector eléctrico más importante de Latinoamérica y responsable del 44 % de la transmisión y el 30 % de la generación de la energía que se consume en ese país.
La medida es impulsada por el Gobierno de Jair Bolsonaro y su ministro de Economía Paulo Guedes, quienes plantean la capitalización de ciertos bienes públicos, afirmando que esto facilitaría la llegada de inversiones. Bolsonaro cuenta con el respaldo de una apretada mayoría del Congreso para sacar adelante el proyecto.
Actualmente, el 60 % de la compañía está en manos del Estado y la meta es que esa participación baje al 45 %. El Estado mantendría su poder de vero para las deliberaciones sobre el estatuto social de la empresa.
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El siguiente paso lo dará la Cámara de Diputados, que deberá aprobar o rechazar la medida tomada por el Senado, una votación que promete mostrarse a favor de la privatización de Eletrobras. En esa cámara está el hijo del presidente, Eduardo Bolsonaro.
La decisión llegaría en cuestión de días, porque el plazo para tramitar el proyecto en el legislativo caduca el próximo martes 22 de junio. Incluso, entre los diputados hay voces minoritarias que piden dejar expirar la fecha.
La votación de la medida en el Congreso estuvo marcada por tensiones entre los partidos oficialistas y de oposición, especialmente del Partido de los Trabajadores, que se opone al cambio en la constitución de la empresa.
Paulo Paim, senador opositor, aseguró que la privatización de Eletrobras “es un crimen contra el país. En tiempos de alta crisis nacional, pandemia, paro, pobreza y hambre, aprobar el proyecto es marcar un gol contra Brasil”.
Rodrigo Limp, presidente de Eletrobras, consideró que “la capitalización es fundamental para que la empresa recupere la capacidad de inversión. Hoy, esa capacidad es pequeña en comparación con su tamaño y su papel crucial en la expansión del sector eléctrico brasileño”.
Cifras del movimiento Unidos por la Energía citadas por El País indican que la factura de los servicios públicos aumentará alrededor del 10 % con la privatización de la compañía eléctrica. En contraste, Jair Bolsonaro afirma que la medida facilitará una baja en el costo del suministro.
La capitalización de la empresa estatal costará a las arcas públicas entre 40.000 millones de reales y 66.000 millones de reales. Las ganancias serían de 61.000 millones de reales.
Un sector de la política de Brasil ha buscado la privatización de Eletrobras desde 2017. Incluso, en 2019 se había presentado un proyecto ante el legislativo con el mismo fin.
El 23 de febrero de 2021 el Gobierno Federal presentó ante el Congreso una medida provisional para tramitar ese cambio en la empresa. El objetivo del proyecto es permitir que el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes) inicie los estudios que estructurarán la capitalización de Eletrobras.
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