Pedro Castillo, un sindicalista de izquierda y sin conexiones con la élite, resultó ganador de las elecciones presidenciales en Perú, a pesar de que aún no se declara de manera oficial su apretado triunfo, a la espera de que culminen los procedimientos de revisión de las actas de votación.
Castillo logró sobrepasar a un cúmulo de candidatos de partidos tradicionales, que contaban con el apoyo de los empresarios y marcaban una continuidad en los asuntos de Gobierno de ese país. Su triunfo en esos comicios, los primeros para elegir mandatario que celebra Latinoamérica en este año, abren un interrogante: ¿llegarán más presidentes de izquierda al poder en la región?
“La política, en el fondo, tiene ciertos ciclos. Ya vimos que a principio de los 2000 vivimos un ciclo de izquierda en Latinoamérica”, detalla Mario Aller San Millán, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Javeriana de Bogotá.
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Cristina Fernández en Argentina, Evo Morales en Bolivia, Hugo Chávez en Venezuela, Lula da Silva en Brasil y Rafael Correa en Ecuador protagonizaron esa etapa en la que la mayoría de los países más grandes de la región estuvieron gobernados por presidentes con ideologías progresistas.
En los últimos dos años, los votantes han optado por candidatos alineados con la centro-izquierda. Andrés Manuel López Obrador llegó al poder en México, Alberto Fernández asumió la Presidencia de Argentina – acompañado, además, de Cristina Fernández como su vicepresidenta- y Bolivia Eligió a Luis Arce, el delfín de Morales, como su mandatario.
Pedro Castillo, en Perú, está por llegar a esa lista, tras conseguir el 50,17 % de los votos en las elecciones, con una diferencia de 60.365 sufragios sobre los de Keiko Fujimori. El líder de Perú Libre alcanza el poder con premisas como estatizar las empresas “estratégicas”, revisar la participación de las compañías extranjeras en la nación y girar a una “economía popular con mercados” como modelo económico.
San Millán considera que “no debemos poner solo el foco en que Perú va a cambiar todo. Los políticos de derecha e izquierda van a medir la temperatura de cómo está viviendo la gente y esa lectura será lo que estará marcando las próximas elecciones”.
La favorita para los próximos comicios de Latinoamérica
Mientras Perú elegía presidente, México también acudió a las urnas para renovar el legislativo y los cargos locales. ¿El resultado? El partido Morena de López Obrador mantuvo la participación mayoritaria en los estados y en el Congreso, aunque cedió terreno en ese escenario.
En los comicios para elegir a los constituyentes de Chile los candidatos de izquierda e independientes quedaron con el 67 % de los escaños. Ese país también celebró elecciones locales en las que, por primera vez en la historia, el Partido Comunista se quedó con la Alcaldía de Santiago de Chile, de la mano de Irací Hassler.
Los chilenos elegirán presidente en noviembre y Daniel Jadue, también del Partido Comunista, es el favorito en las encuestas con el 19,2 % de su intención de voto. Nuevas fuerzas políticas ganan favorabilidad, al punto que el presidente Sebastián Piñera reconoció que los partidos tradicionales no están «sintonizando adecuadamente con las demandas y anhelos de la ciudadanía».
Colombia también está en esa lista: Gustavo Petro lidera la intención de voto a la Presidencia para las elecciones de 2022, seguido por Sergio Fajardo, quien históricamente se ha autoidentificado como un político independiente. Finalmente, Brasil se prepara para una contienda en la que Lula da Silva podría ser candidato nuevamente.
Con ese panorama, ¿la izquierda llegará al poder en otros países de Latinoamérica? “Es probable, como es probable que la derecha se afiance. Es difícil predecir en términos políticos qué es lo que puede suceder porque nunca sabremos con certeza las razones por las cuales la gente voto como vota”, afirma Aldo Olano, PhD en Estudios Latinoamericanos y docente de la Universidad Externado.
El profesor San Millán ve un panorama de cambios en la política del continente. “La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, que claramente no es un político de izquierda, supuso una transformación para Estados Unidos”, afirma.
Un paso semejante dio Uruguay cuando puso fin a 15 años de gobiernos de izquierda al elegir a Luis Lacalle Pou como mandatario, una evidencia más de las fases que presenta la política en Latinoamérica.
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