Si bien el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, propuso hace un mes aumentar el impuesto a las grandes empresas del país para financiar programas sociales y de infraestructura, el mandatario parece ceder ante la presión de los republicanos para dejar esa tasa en niveles más bajos que los actuales.
Cuando Donald Trump llegó al poder ese impuesto era del 35 %, pero el exmandatario lo redujo al 21 % para ayudar a las empresas. Con el cambio de mandato, Biden presentó un proyecto para subirlo al 28 %: un punto medio entre la tasa previa y la que dejó su antecesor.
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No obstante, esa iniciativa que hace parte del plan de infraestructura (American Jobs Plan) está frenada en el Congreso. Reuters y Bloomberg reseñaron que el mandatario cederá a las pretensiones republicanas, bajando la tasa a un mínimo del 15 %, con el fin de que ese partido haga otras concesiones para aprobar la propuesta.
Es decir: el impuesto a las empresas en Estados Unidos sería el más bajo de los últimos años. Con el fin de compensar el nivel de recaudo que el país necesita para financiar los programas, se aumentaría la vigilancia en materia de impuestos.
Nada está definido aún. Demócratas y republicanos sostienen reuniones semanales para negociar el plan de infraestructura, que necesita sumar votos bipartidistas para ser aprobado.
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