México dejará de comprar combustibles importados para 2023, como parte de la transformación en el sector de hidrocarburos que traza el presidente Andrés Manuel López Obrador, con el que busca garantizar la “soberanía” de su nación.
Actualmente, el país es un exportador de petróleo y, a su vez, importa el 60 % de los combustibles que necesita para abastecer el mercado interno. No obstante, el modelo cambiará porque dejarán de enviar el crudo a otros mercados para procesarlo en sus refinerías.
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“Esto nos va a significar autosuficiencia, es seguridad nacional porque no seremos dependientes y, algo muy importante, permitirá que no aumenten los precios”, aseguró Andrés Manuel López Obrador.
La fórmula que traza el Gobierno izquierdista operará así: extraer petróleo para responder solo la demanda del país, refinarlo en las plantas de la petrolera estatal (Pemex) y venderlo a “precios justos” en el mercado interno.
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El mandatario ve en la estatización del mercado de los combustibles un camino para contrarrestar la inflación, porque los precios serían determinados por la producción interna, que será mayoritariamente pública.
López Obrador considera que es necesario recuperar la industria petrolera de México, bajo la premisa de que está “se dañó cuando llegaron los neoliberales”, refiriéndose a los cambios que se aplicaron en el sector a partir de la década del 80.
“Vamos a extraer el petróleo sin agotar los yacimientos. Extraer y procesar para ser autosuficientes en gasolina, diésel y en otros petroquímicos”, concluyó el mandatario.
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