Recuperar el grado de inversión para Colombia se traduce en recuperar la confianza del mercado internacional. Mandar un mensaje en ese sentido será clave para que el país dé cuenta de que tiene cómo responder para honrar sus deudas.
S&P Global Ratings se convirtió en la primera, de las tres grandes calificadoras, en declarar la pérdida del grado inversión a Colombia.
El mensaje de S&P gira entorno al hecho de que Colombia no ha podido garantizar un plan de reforma tributaria que envíe el mensaje de que el país tiene con qué responder por sus deudas.
La caída del primer proyecto de reforma tributaria, que pretendía recoger cerca de $23,4 billones, fue advertido por las agencias calificadoras como un golpe duro y la puerta al estado de incertidumbre.
José Manuel Restrepo, quien reemplazó como ministro de Hacienda a Alberto Carrasquilla, ha ido buscado consenso para encontrar un nuevo plan de reforma tributaria. De momento, no hay un primer proyecto concreto.
Las primeras declaraciones de Restrepo dan cuenta de que su idea es tener una reforma tributaria que permita recoger cerca de $14 billones anuales, por los próximos cuatro años.
El monto, para las calificadoras, es razonable pues solventa en parte la urgencia por tener los recursos que permitan pagar las obligaciones del país.
Juan Pablo Espinosa, director de Investigaciones Económicas de Bancolombia, aseguró que el punto de partida, directo e inmediato, debe ser el de la reforma tributaria.
A pesar de que esta reforma, recalcó Espinosa, sea más modesta que la primera idea, se debería complementar con una señal de control de gasto y que contribuya a que el balance del Gobierno Nacional Central sea más controlado de cara al próximo año.
¿Qué viene?
Para varios analistas la decisión de S&P no fue sorpresiva, pues ya se venían dando fenómenos que ponían de manifiesto esta rebaja en la calificación: la falta de un plan para mejorar las cuentas fiscales y el ambiente de protestas e inestabilidad política hacían parte del escenario de análisis.
José Ignacio López, director de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, hace un llamado a entender que a Colombia ahora le toca tener un plan juicioso y sólido en el menor tiempo posible.
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“La agencia calificadora S&P decidió rebajar la calificación de Colombia a BB+ del actual BBB-. Esto no significa que Colombia haya perdido el grado de inversión en términos prácticos (otras dos calificadoras todavía lo mantienen), pero es un campanazo concreto de alerta”, aseguró López.
Y es que efectivamente tanto Fitch como Moody’s han planteado dos escenarios distintos para tener en cuenta en una eventual rebaja de la calificación.
Del lado de Fitch, hay que recordar, se espera que el país este año apruebe un proyecto de reforma tributaria lo suficientemente robusto para mandar un mensaje de tranquilidad. Los tiempos para la calificadora en ese sentido no son exactos, ni relevantes, siempre y cuando esté aprobada la reforma este 2021.
En cambio, lo que se necesita es un plan que empiece a tener efectos desde el próximo año. Ahora, lo que sí es un panorama de complejidad es qué tanto ambiente hay para discutir una propuesta de reforma tributaria.
Y, en ese sentido, tanto calificadoras, como agentes como JPMorgan, ven un panorama retador teniendo en cuenta el paro nacional que ya completa tres semanas y las elecciones presidenciales que se llevarán a cambio dentro de un año.
Todavía así, la confianza del Gobierno, en palabras del ministro Restrepo, es “aprovechar al máximo el periodo legislativo en curso en el Congreso de la República” para aprobar un nuevo plan de reforma tributaria.
Andrés Pardo, jefe de estrategia macroeconómica para América Latina en XP Investments, explica la situación desde la barrera de que, de momento, el país no se enfrentaría a una decisión como la de S&P de parte de las otras calificadoras.
“Colombia aún mantiene su calificación de grado de inversión de Fitch y Moody’s y no esperamos nuevas acciones hasta que se apruebe una reforma tributaria. Consideramos que el movimiento de S&P aumenta la probabilidad de que Fitch tome una acción de calificación similar este año”, explicó Pardo.
Sin embargo, Pardo advierte que, en conversaciones recientes con Fitch, la agencia parece ser más favorable a un ajuste fiscal más pequeño, menos estructural, menos duradero y menos positivo para las empresas.
Justamente este último punto se refiere a un llamado reciente que ha pedido tener en cuenta el ministro de Hacienda: que las calificadoras entiendan el contexto para tomar decisiones. Es decir, para el Gobierno es vital que se reflexione en que la situación crítica de la pandemia es un fenómeno que se repite a lo largo de varias economías.
López, de Corficolombiana, pide no tener la mira puesta en el corto plazo, pues la pérdida de grado de inversión traerá como efectos algunos incrementos en el precio del dólar o las tasas de interés de la deuda del país. En cambio, hace el llamado para que el foco esté en el mediano plazo.
“Si el Gobierno no presenta una reforma o la economía se frena de manera prolongada por las jornadas de protestas y bloqueos, es probable que Fitch también rebaje la calificación del país, lo que nos llevaría a perder el grado de inversión”, complementó López.
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Postura que comparte José Antonio Ocampo, excodirector del Banco de la República, quien aseguró que precisamente por no centrar el análisis en el largo plazo, S&P “se equivocó al bajarle el grado de inversión a Colombia. Las calificaciones crediticias deben estar basadas en criterios de largo, no de corto plazo. En todo caso, todos los actores colombianos deben apoyar la estabilidad fiscal que ha caracterizado al país”.
Advirtiendo en todo caso que, en entrevista con Valora Analitik, Manuel Orozco, líder analítico de la calificadora de riesgo S&P Global Ratings, dijo que desde la calificadora no ven que una eventual reforma tributaria sea una solución estructural para Colombia.
Y es que justamente el punto de tener un análisis de largo plazo es vital en el marco de la revisión hecha por S&P, toda vez que la perspectiva para el país pasó de negativa a estable; es decir: la calificadora sí ve signos de recuperación en el mediano y largo plazo.
Tesis que se ha sustentado con los más recientes anuncios de agentes económicos sobre el repunte del PIB para Colombia que, de acuerdo con los análisis, tienen en cuenta los efectos de la pandemia y paro nacional y, todavía así, hay perspectivas positivas para el segundo trimestre.
Esto último haciendo la salvedad de que el punto de referencia del PIB del segundo trimestre del 2021 se va a comparar con los meses de abril, mayo y junio de 2020, momento más crítico de la pandemia del Covid-19 en Colombia, situación que llevó a una caída del PIB del 15,7 %.
Finalmente, hay que recordar que Colombia había recuperado su grado de inversión, de parte de S&P hace ya 10 años.
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