Ionathan Galeano es el CEO de Flapz, una plataforma de intermediación digital para unir a la oferta con la demanda en servicios de jet ejecutivos o helicópteros para vuelos chárter en Colombia.
El ejecutivo le explicó a Valora Analitik que la firma trabaja con 16 empresas de aviación privada en Colombia y en Chile buscando centralizar la flota en una sola plataforma para darle acceso al usuario final.
Flapz está ofreciendo vuelos chárter de forma que simplifica el proceso de búsqueda entre todos los proveedores y ofrece servicios adicionales en el vuelo dependiendo de las necesidades del viajero o de la empresa que los contrate.
En la aviación chárter, dijo, alrededor del 50 % de los vuelos va vacío si el pasajero no está en la ciudad que tiene el hub de operaciones. Pero Flapz les permite a las empresas ofrecer tarifas desde $300 mil o $350 mil por un viaje necesario en trayectos cortos. Para viajes más largos, el costo sería de alrededor de $500 mil.
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De acuerdo con la explicación de Galeano (en la foto interna de la nota), el viajero sale de un hangar en la zona Guaymaral al norte de Bogotá, pero el diferencial con otros servicios es que antes asumían el costo de que la tripulación tenía que regresar al hub de Bogotá con el avión vacío.
Ionatan Galeano.
Entonces, dijo, Flapz les ofrecen a las empresas ocupar las sillas compartiendo los ingresos en un 50 % por la recomercialización de los asientos.
Así, el objetivo y el acuerdo comercial le permite a Flapz darle la oportunidad a cualquier persona que quiera acceder a un vuelo privado y no tiene que ser necesariamente un viaje ejecutivo.
Escapadas y otros mercados
El CEO de Flapz le dijo a Valora Analitik que ofrecen escapadas (getaways) con aliados como marketplaces de hoteles, yates o propiedades en destinos tan exóticos como la Orinoquía en Colombia buscando así darle más acceso a sitios turísticos.
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Y, reveló, que tienen planes para lanzar un programa de membresía para darles beneficios a los clientes mientras vuelos y mientras no vuelan también.
Actualmente, la empresa tiene cobertura en Colombia, Perú y Chile con 150 aeronaves afiliadas directamente.
Su CEO espera cerrar el año con operación en México y otros mercados de la región como Brasil.
Hizo especial énfasis en la conexión al interior de las regiones de Colombia, pero recalcó que ofrece servicios internacionales en rutas como Bogotá-Quito, Chile-Quito y otros que pueden funcionar con frecuencia para las necesidades del viajero. Aunque dijo que algunos de sus vuelos pueden llegar incluso hasta Madrid, España.
Guaymaral es el hub de la empresa que tiene capacidad para volar a 600 pistas en toda Colombia, aunque, también salen vuelos del aeropuerto El Dorado.
El servicio de Flapz funciona desde su página web y espera a mediados de año lanzar su propia app para celulares.
Una de las herramientas más novedosas de parte de la empresa de viajes privados es que los vuelos se pueden pagar con criptomonedas. Galeano dijo que el 50 % de la facturado en los vuelos chárter en las últimas semanas fue pagado con monedas virtuales a través de la plataforma Ibitt.co.
Búsqueda de inversionistas
En marzo pasado, Flapz inició una ronda de inversión para recaudar US$300 mil buscando además socios que puedan ofrecer contactos y crecimiento del negocio. “Fue una convocatoria tipo Friends and Family” que se extenderá hasta finales de abril, dijo el ejecutivo.
Para ese llamado a capital, el ticket mínimo de US$25.000 y en los primeros días ya tenía seis inversionistas confirmados a quienes se les ofreció una opción tipo Safe (Simple Agreement for Future Equity) con un descuento del 20 %.
La convocatoria cerró en marzo brindando datos para ese llamado a capital esperando una facturación de US$4,7 millones en Colombia y Chile a finales de 2021.
Galeano concluyó diciendo que en un futuro cercano están pensando en lanzar una ronda para captar capital semilla y podrían buscan US$1 millón. Esa ronda semilla se podría abrir en junio, anticipó.
Flapz tiene cuatro socios cofundadores que pusieron el 70 % de la inversión, en tanto el otro 30 % fue destinado por un inversionista particular que creyó en el proyecto.
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