El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prepara un aumento en la tasa impositiva a empresas al 28 %. Este y otros cambios en materia fiscal buscan recaudar US$2,5 billones.
La iniciativa surge después de que el mandatario presentase su ambicioso plan de infraestructura (American Jobs Plan) por US$2 billones, con el que pretende modernizar vías, servicios públicos, puentes y otros ámbitos del país.
Sin embargo, este contempla una tasa impositiva corporativa del 28 %, recaudo con el que se pretenden financiar los cambios en materia de infraestructura.
Es por esto que la propuesta ha sido criticada por el sector Republicano. La oposición destaca que tendría altos costos, lo que impactaría directamente el nivel de recaudo del país.
Biden fue consultado durante una rueda de prensa sobre si está dispuesto a negociar esa tasa impositiva corporativa y el mandatario se mostró abierto a una conversación.
“Es un plan que pone a millones de estadounidenses a trabajar para arreglar lo que está roto: decenas de miles de millas de carreteras y autopistas, miles de puentes que necesitan reparación desesperadamente. También es un modelo de infraestructura necesaria para el mañana”, dijo el mandatario.
Biden argumenta que su programa de infraestructura se traduciría en más empleos para los ciudadanos, permitiendo fortalecer la reactivación de la mano de obra del país a partir de la inyección de financiación pública.
Pero, a su vez, el proyecto establece ese impuesto del 28 %: una tasa impositiva para las corporaciones que el expresidente Donald Trump había bajado del 35 % al 21 % en su ley tributaria del 2017.
La Casa Blanca también planea aumentar el impuesto mínimo de las grandes corporaciones en el marco del plan de infraestructura. Además, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, adelantó que se debe implementar un impuesto global para las multinacionales.
En materia económica, Biden también ha informado de su intención de retirar los respaldos a las empresas que trabajan con combustibles fósiles para destinar esos fondos a compañías dedicadas a energías más sostenibles. Estos tienen un valor de US$40.000 millones.
Janet Yellen se refirió a los cambios en materia fiscal en una columna publicada en Wall Street Journal, afirmando que esta beneficiaría tanto a las empresas privadas como al sector público.
“La reforma tributaria no es un juego de suma cero, con las empresas en un lado y el Gobierno en el otro. Hay políticas que son mutuamente beneficiosas, auténticos win-win. Washington tiene una enfrente ahora mismo”.
Biden ha dicho que no aumentará los impuestos para las personas que ganen menos de US$400.000 al año. También sentenció que su gobernó busca que las compañías no puedan “esconder” sus ganancias en las islas Bermudas o las Islas Cayman, imponiendo una tasa de 15 % a las empresas que tributan fuera de Estados Unidos.
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