Antioquia avanza en su proceso de reactivación con la meta de potenciar el crecimiento del departamento en alrededor del 5 % para 2021. Fortalecer las industrias, el consumo local y la infraestructura son algunas de las claves para robustecer la región.
El departamento y sus 125 municipios enfrentan el reto en materia de economía más importante de las últimas décadas: la reactivación después de la crisis generada por la Covid-19.
Para ello, la Gobernación trazó la Alianza por la Reactivación y la Revitalización Integral de Antioquia (Arriba Antioquia), que tiene cinco líneas de acción: empleo, seguridad alimentaria, sostenibilidad, consumo local y salud.
Esos son los pilares sobre los que se sostiene el plan de acción en esa materia, con miras a recuperar la región después de una caída del Producto Interno Bruto (PIB) del 7 % en 2020, según la estimación de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia.
“Antioquia cerró 2020 con dos cifras muy buenas, una en tanto a la mortalidad por millón de habitantes, que estuvo por debajo de la media nacional, y otra respecto a la reactivación de empleo, de la que recuperamos dos terceras partes durante el año”, detalla Maritza López, secretaria Regional y Sectorial del Desarrollo Económico.
Es decir: durante el 2020 ese indicador llegó a una pérdida de 330 mil puestos de trabajo y gracias a las gestiones de las autoridades y los esfuerzos de los sectores a diciembre de 2020 Antioquia había recuperado 210 mil empleos.
Precisamente, bajo la premisa de que la recuperación es un esfuerzo público y privado la Secretaría avanza en la Gran Alianza por el Empelo. En construcción ya se crearon 20 mil empleos más de los que se tenían antes de la Covid-19.
Entre tanto, manufactura cerró con un déficit de 30 mil empleos, en comercio el mes de noviembre fue el mejor de la década y “el turismo en las subregiones de Antioquia va por buen camino y está recuperandose”, dice la secretaria.
Ante ese panorama, 2021 es el año de la reactivación. Expertos señalan que el primer paso para conseguir ese fin es estimular la inversión pública en infraestructura, como una generadora de empleo que podrá conectar los negocios.
Pasos para la reactivación de Antioquia
“Hay un contexto optimista por los recursos aprobados para el presupuesto del departamento y el crédito otorgado por el Gobierno Nacional, Antioquia Respaldada”, considera Robert NG, decano de Economía de la Universidad de Medellín.
NG destaca las oportunidades de negocios en minería y la agricultura sostenible para fomentar el desarrollo de los municipios, siempre y cuando estas últimas vayan acompañadas de inversiones en desarrollo agroindustrial, favorecerán este fin.
Antioquia tiene vigentes 1.323 títulos mineros y el potencial de áreas cultivables es de 1,5 millones de hectáreas, sectores determinantes para avivar la generación de empleo que son transversales a los pilares de seguridad alimentaria y sostenibilidad trazados por la Gobernación.
La Cámara de Comercio ha señalado que una oportunidad para conseguir el crecimiento del PIB en 2 %, como se proyecta en el plan para la región, son las inversiones por US$17.440 millones a diez años en obras de Autopistas para la Prosperidad, desarrollo agrícola, agroindustrial y proyectos mineros.
Y es que Autopistas para la Prosperidad puede conectar los negocios emergentes de minería y agricultura de las regiones y reactivar el turismo local, generando un engranaje entre las bases de la reactivación de la economía antioqueña.
La Cámara de Comercio dice que el mejor desempeño de esta depende de la activación de la inversión privada, recuperar la confianza de los consumidores y la celeridad en la ejecución de obras. La Gobernación, además, trabaja en los frentes de infraestructura, vivienda, reforestación, campo y conectividad.
“Ante un contexto negativo para el departamento, Antioquia puede ‘echar mano’ del gasto público para favorecer la economía”, expresa Alexander Bastidas, profesor del Departamento de Economía de la Universidad Nacional.
Una solución es apostar por proyectos que generan encadenamientos al interior de la economía, como los de infraestructura, dado que las obras civiles de gran envergadura se traducen en demanda agregada, capacidad de compra y empleos. Otros factores clave son el turismo y comprar a empresarios locales.
En el ámbito de la infraestructura la Secretaría ha mencionado dos proyectos clave. El primero es el Tren del Río que requiere inversiones por $6,1 billones y que está a la espera de que el Gobierno Nacional emita el Conpes para su financiamiento con vigencias desde el 2023 en adelante.
El segundo son los Circuitos Estratégicos: 36 anillos viales que conectarán las cabeceras municipales y centros de producción de la región con vías 4 G. Estos tendrán una inversión de $1 billón y se proyecta que el Gobierno Nacional participe con una cofinanciación del 60 % de ese monto.
Es evidente que la tarea de la reactivación de Antioquia no solo está en las autoridades, sino también en la ciudadanía: consumir local para impulsar los negocios cercanos y pensar en el turismo dentro de la región como una opción de esparcimiento.
“No podemos confiar mucho en el mercado internacional porque todos los países también tienen situaciones difíciles”, detalla Bastidas, señalando que la economía regional tiene una alta dependencia de las exportaciones de oro, banano, plátano y flores.
La meta de la Secretaria Regional y Sectorial del Desarrollo Económico es que los 120 mil empleos restantes se recuperen en un plazo de 18 meses, una evidencia de la reactivación del departamento.
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