La Cúpula Militar de Brasil renunció este martes, justo un día después de que el presidente, Jair Bolsonaro, relevó a seis ministros de su Gobierno, entre ellos el encargado del Ministerio de Defensa.
Esta es la primera ocasión que se presenta una dimisión de toda la cúpula castrense desde que regresó la democracia al país después de la dictadura militar (1964-1985), un régimen que Bolsonaro ha aplaudido abiertamente en toda su carrera política.
La renuncia fue comunicada en una nota de tres líneas publicada por el Ministerio de Defensa, en la que se lee que “serán reemplazados los comandantes de la Armada, Ejército y Fuerza Aérea”.
El retiro de la Cúpula Militar de Brasil fue notificado en una reunión que se celebró este martes y contó con la participación del ministro de Defensa designado Braga Netto, el exministro Fernando Azevedo y los Comandantes de las Fuerzas Armadas.
Fernando Azevedo se retiró el pasado lunes (29 de marzo) de su cargo en la cartera castrense, justo después de que se conociera la renuncia del canciller Ernesto Araújo.
Sobre la salida de Azevedo no se tiene claro si se trató de una renuncia o si el presidente Bolsonaro le pidió su dimisión, pero esta habría desencadenado los nuevos cambios en la Cúpula Militar.
Con esto, la crisis del Gobierno de Brasil de acentúa: en cuestión de dos días se renovaron nueve de los altos cargos del Palacio de Planalto, en un contexto de críticas a Bolsonaro respecto por su manejo de la Covid-19.
Si bien esta no es la única crisis de su administración, sí es la primera que provoca un revolcón tan notorio en su gabinete. En marzo de 2020 se presentó otro momento convulso por la renuncia del entonces ministro de Justicia, Sergio Moro, el juez que lideró el proceso que llevó a Lula da Silva a la cárcel.
Casi la mitad de los altos cargos del Gobierno de Bolsonaro son militares y también ha designado a uniformados al mando de importantes entidades propiedad del Estado, como Petrobras.
Pareciera que el exministro de Defensa y su cúpula saliente tenían diferencias con el protagonismo de los militares en el Ejecutivo, según reseñó el diario El País.
Particularmente, estos cambios coinciden con el aniversario del Golpe de Estado de la dictadura militar que se cumple este 31 de marzo, el momento que abrió paso a dos décadas de terror en la sociedad brasileña.