La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentó su informe sobre la autonomía económica de las mujeres en el marco de la Covid-19, documento desarrollado por la División de Asuntos de Género.
El estudio evidencia cómo los sectores en los que se emplean las mujeres de la región fueron los más afectados por la pandemia, lo que impacta directamente el empleo femenino y la independencia económica.
“La Covid-19 profundiza los nudos estructurales de la desigualdad de género y esto atenta contra la economía de las mujeres”, aseguró la secretaria ejecutiva de la Comisión Regional, Alicia Bárcena, quien presentó la investigación.
La Cepal señala que la tasa de desocupación de las mujeres es del 12 %, mientras que la de los hombres se ubica en 9,7 %. Esto se traduce en que hay 118 millones de mujeres sin ocupación.
Además, la comisión calcula que disminuyó la búsqueda del empleo por parte de esta población, indicador que estaría evidenciando un descontento con la situación laboral de los países.
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Por eso, la secretaria ejecutiva aseguró que hay un retroceso de diez años en este ámbito. “Una década pérdida en la participación de la mujer en el mercado laboral”, sentenció Alicia Bárcena.
“Las mujeres están sobrerrepresentadas en los lugares pobres, expuestas a mayor desempleo y sufren barreras de acceso al control financiero”, agrega el informe de la Cepal sobre la situación laboral de la mujer en el marco de la pandemia.
El documento indica que 56,9 % de las mujeres de Latinoamérica y el 54,3 % de las del Caribe han estado expuestas a condiciones vulnerables por estar vinculadas a sectores de alto riesgo como el comercio, la manufactura y el turismo.
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Menciona también que se han afectado de forma diferenciada mercados clave para la ocupación femenina, que son el turismo, el trabajo doméstico remunerado, la enseñanza y la salud.
De esta forma, la Cepal presentó un paquete de propuestas para recuperar la participación de la mujer en el mercado laboral de América Latina y el Caribe, iniciativas que consisten en un pacto fiscal por la igualdad, transformación digital incluyente, recuperación productiva del empleo para las mujeres y economía del cuidado como dinamizadora.
