70 % de las empresas en Colombia adaptaron su estructura de negocios por pandemia

Así se desprende del informe Éxito Empresarial realizado por el Centro de Liderazgo del Cesa. La pandemia las llevó a adaptarse al cambio.

70 % de las empresas en Colombia adaptaron su estructura de negocios por pandemia

Así se desprende del informe Éxito Empresarial realizado por el Centro de Liderazgo del Cesa.

Capacitación pertinente del talento, fuentes alternas de financiación para la innovación y crear una cultura de experimentación que promueva el cambio que hoy necesitan las organizaciones, hacen parte de las tareas pendientes que tienen las empresas para encarar el mercado que propone la llamada Cuarta Revolución Industrial.

Así se desprende del informe Éxito Empresarial realizado por el Centro de Liderazgo del Cesa, que puso los radares sobre 129 empresas privadas grandes y medianas de Perú, México, Colombia y Chile, para conocer su valoración en tres aspectos: por un lado, midió la capacidad de innovación para la creación de nuevos productos y servicios, por otro lado, el entrenamiento de sus colaboradores, así como la apropiación de la tecnología por las empresas, y, finalmente, dio recomendaciones según los resultados.

Si bien siete de cada diez empresas, para adaptarse a la coyuntura generada por la pandemia, se vieron obligadas a cambiar las estructuras de sus negocios, apenas una de cada cuatro (24,8 %) reportó promover una cultura de la experimentación.

Una de las razones de esta situación, señalan los resultados de la encuesta, obedece a estructuras rígidas y que siguen siendo demasiado verticales, hecho que genera cuellos de botella que impiden la flexibilidad que hoy necesitan las empresas para crear disrupciones en sus procesos.

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El 72 % de las empresas encontraron difícil adaptarse a la crisis derivada de la Covid-19, según el estudio del Cesa.

Aunque la mayoría de las empresas (91 %) tienen estructurados planes de capacitación, uno de los hallazgos que llamó la atención es la ambigüedad existente entre lo que las directivas creen que funciona en materia de reentrenamiento, y en lo que realmente terminan capacitándose los colaboradores.

En efecto, según los líderes empresariales encuestados, las capacitaciones deberían enfocarse hacia el fortalecimiento de habilidades blandas, seguidas de temas de sostenibilidad.

Sin embargo, al observar el número de capacitaciones que efectivamente se realizan, se encuentra que estas tienen una alta concentración en habilidades técnicas o ‘hard skill’ que, de hecho, son el doble que las capacitaciones en habilidades blandas.

“Esto puede estar explicado por la búsqueda de rentas de corto plazo, que se asocian a capacitaciones en tareas particulares que incrementan rápidamente el valor de la empresa”, consigna el informe.

La posibilidad de un incremento salarial es la principal razón o incentivo para capacitarse, seguido de días de descanso y promoción profesional. El hecho de que la empresa cubra el gasto educativo es lo menos relevante.

Por otro lado, las empresas estudiadas indicaron que su principal fuente de financiación a la hora de emprender actividades de innovación son los recursos propios o caja de la compañía.

El hecho de que la principal fuente de financiación sean recursos propios es una de las principales barreras a la innovación, pues implica que solo empresas con una alta liquidez podrán emprender proyectos de innovación. En este sentido, en el informe se recomienda un rol más activo del sector público, entre otras medidas, para financiar la innovación.

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