La posible salida de Lionel Messi del Barcelona no solamente es importante porque sea el mejor futbolista de la última década, sino por el movimiento económico que representaría su desvinculación del equipo español (único club en el que ha jugado desde 2004); lo anterior, sin contar la oportunidad de negocio que se crea para el club al que llegue.
Messi tiene un contrato de US$9,8 millones al mes, lo que quiere decir que el argentino, al día, recibe US$326.666 dólares, que le hacen ser, junto a Cristiano Ronaldo, el jugador mejor pago del mundo.
La cláusula de rescisión del contrato que tiene el futbolista llega a los US$820 millones, dinero que, según informan desde España, estarían dispuestos a pagar el Manchester City de Inglaterra, y el Inter de Milán, de Italia.
En principio, el equipo que quiera contar con Messi deberá desembolsar esa cláusula, pero también fijar un contrato, de al menos US$200 millones por temporada.
De entrada, Messi valdría, en el primer año de vinculación, cerca de US$1.000 millones que, si bien llegan a ser poco menos del 50 % de lo que representaron las exportaciones de Colombia en junio de este año, no parece ser una cifra inalcanzable para sus pretendientes.
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Por el lado de Inglaterra, el Manchester City, a la cabeza de Mansour bin Zayed bin Sultan Al Nahyan (ministro de asuntos presidenciales y miembro de la familia Real de Abu Dhabi) tiene una fortuna de US$19.600 millones. Es decir que al dueño del equipo de Manchester le bastaría gastarse el 5,1 % del dinero que tiene para pagarle a Messi su primer año de contrato.
El Inter de Milán, que se dice es otro de los interesados por el argentino, tiene como máximo accionista al empresario chino de 29 años Steven Zhang, futuro heredero del Suning Group, uno de los minoristas de electrodomésticos más importantes de China, con 700 tiendas en ese país.
Zhang, que según la Revista Forbes tiene una fortuna de US$8.300 millones, tendría, de principio y por capital, una desventaja frente a la oferta que pudiera llegar de parte de los dueños del Manchester City.
Sin embargo, hay que tener muy en cuenta que, de acuerdo con las reglas de funcionamiento de los clubes europeos, que dicta la UEFA, los equipos deben ser autosuficientes en sus gastos; es decir: las operaciones financieras que lleven a cabo tienen que justificarse a partir de los recursos que producen por su funcionamiento, no por inversiones “extraordinarias”, lo que se conoce como Fair Play Financiero.
Messi es uno de los jugadores que más apalanca ingresos por cuestión de patrocinios. Con Adidas tiene un contrato de cerca de US$12 millones y con la firma china de celulares, Huawei, tiene un vínculo de poco más de US$7 millones.
Es también imagen en América de Pepsi, Lay’s y Gatorade. Sumado a esto, Messi tiene contratos de publicidad con Mastercard y con la marca de gafas Hawkers.
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Ahora, en caso de que se confirme su salida, el equipo al que llegue tendría asegurados, al menos, US$137 millones solamente por la venta de camisetas con el ‘10’ y el nombre de Messi a la espalda. Lo anterior, teniendo en cuenta que en 2019 fue el segundo jugador de fútbol que más vendió camisetas (900.000), cada una a un promedio de U$153.
Con todo esto, y gracias a ser seis veces ganador del balón de oro, Messi tiene un valor de mercado cercano a los US$132 millones; y según el portal TransferMarkt, el argentino está en el mismo valor de mercado de 2016; su punto más alto lo vivió en 2018, cuando alcanzó los US$213 millones.
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