Fabricato analizó hoy sus resultados financieros correspondientes al primer trimestre de 2020, los cuales fueron valorados como positivos por su presidente Carlos Alberto de Jesús hasta febrero, pero que se vieron impactados negativamente por la dinámica en marzo generada a raíz del Covid-19.
De Jesús señaló que durante enero y febrero se percibió la misma tendencia del segundo semestre del 2019, con indicadores positivos tanto para la economía como para el sector textil.
Para la compañía, en lo acumulado de enero y febrero, los ingresos fueron superiores en un 15% con relación al mismo periodo del año anterior, reflejando un incremento en el margen de contribución en 5,5%.
[content_control]
Sin embargo, en marzo, la comparación se desvirtuó por haber sido un mes de 20 días, “en el cual estimamos haber dejado de facturar $16.000 millones. No obstante, se percibe una mejora con respecto al mismo periodo del año anterior, excepto el rubro de las ventas”, explicó De Jesús.
A pesar de la coyuntura, el presidente de Fabricato también comentó que hay oportunidades en áreas como el aumento de la demanda para los textiles con acabados especiales como el antifluido y el antibacterial, usados en el sector salud.
En cuanto a sus perspectivas para lo que vendrá, indicó que ve baja actividad en el comportamiento de los negocios, con un mes de abril con ventas por el orden del 39% e impactados también por la interrupción en la cadena de pagos y recaudos, como efecto de traslado de toda la cadena hasta los productores de materias primas como esta compañía.
Además, enfatizó en que aún hay acceso limitado a las líneas de crédito por la contingencia, que no han llegado al sector textil-confección y que son fundamentales como una opción para destrabar la cadena de pagos.
Así mismo, dijo que “pensamos que el arranque será muy gradual, con una perspectiva de un 50% o 60% de los volúmenes presupuestados para fin de año”.
En cuanto al negocio inmobiliario, hay pocas novedades respecto a proyectos como Ciudad Fabricato, los inmuebles en Ibagué, el Parque Industrial Fabricato y el Inmueble Sibaté, en los cuales mantienen sus expectativas de ingresos, pero se estima que el ritmo en obras se verá reducido por los protocolos de salud establecidos, pudiendo afectar los cronogramas definidos antes de la pandemia.
“El sector textil tiene mucho para aportar en este tiempo de crisis. Es un sector que genera mucha mano de obra, ayuda a la balanza comercial y a dinamizar otros sectores de la economía”, concluyó De Jesús.
–[/content_control][login_widget]