Las generaciones digitales comienzan a hacerse sentir como la principal fuerza de trabajo del mundo y se espera que para el 2025 tengan el 47% de los fondos del planeta según un reciente informe de la Escuela de Negocios OBS. Además, alcanzarán el 59% de la población global este año.
Estas generaciones, es decir los nacidos entre 1987 y 2010, comparten una visión del mundo sin etiquetas por roles de género, a favor de la liberación sexual, prejuicios culturales e interés por la política. A la larga, se convierten en una nueva perspectiva social ya que son ellos quienes alteran el terreno de juego y hablan más abiertamente sobre la conciencia climática y la identificación con las causas, y no tanto con los sindicatos y militancias, que venía siendo el lineamiento de generaciones anteriores. Sin embargo, tienen varias diferencias entre sí, no sólo en comportamiento sino en consumo y uso de su capital, lo que supone cambios en los modelos de consumo y en general a la economía.
Los millennials, es decir los nacidos entre 1987 y 1997, conocidos también como migrantes digitales, gastan menos dinero en productos que las otras generaciones, son más dados a adquirir experiencias como viajes, y son el 30% de la población, son más impulsivos y utópicos que la siguiente generación, los centennials.
Los centennials, nacidos entre 1998 y 2010, son mucho más prudentes con sus gastos, vuelven al consumo de productos, más que el de experiencias, tienen una conciencia ambiental y ecológica mucho más marcada que la de los millennials, y son consumidores enteramente digitales, la impulsividad más reducida, probablemente consecuencia de la crisis de principios del milenio y que vivieron en sus infancias, es contrarrestada por su preferencia a las compras en línea, que llega a ser del 95% en esta generación.
Además, la sobreestimulación que reciben de las plataformas virtuales, hacen que los centennials cambien el modelo publicitario, ya que esta generación es más dispersa, tiene periodos de atención muy cortas y no toleran la publicidad tradicional. Su periodo de atención es de promedio 8 segundos, en contraste con los 12 promedio de la generación millennial, según la agencia Publicis.