La penetración de los seguros en América Latina, la cual llega a 3,1% del PIB, si bien se ubica debajo del promedio mundial en la actualidad que es de 6,1%, sin embargo, ha mostrado un crecimiento gradual a través de los años y vislumbra un panorama positivo, de acuerdo con la dinámica que se tiene en varios países de la región.
Esto se sostiene por uno de los principales estudios del sector asegurador en el mundo, el cual realiza el Swiss Re Institute y destaca que las primas de seguro globales continuaron aumentando en 2017, gracias al impulso de mercados emergentes como América Latina y los países asiáticos.
En tanto, las primas de vida en mercados avanzados como EE. UU. o Europa Occidental muestran una clara tendencia a la baja, mientras que en regiones como Latinoamérica aún muestran un gran potencial, encabezada por países como Chile o Brasil han consolidado el segmento de vida por encima de los seguros generales.
Jérôme Haegeli, economista jefe del Grupo Swiss Re, ha comentado sobre el avance de la industria aseguradora que los mercados emergentes se proyectan como su principal soporte de crecimiento ante la desaceleración que se vive en las economías desarrolladas y se vislumbra que “en las siguientes décadas, mercados como India, Indonesia, Brasil, México, Chile, Pakistán, Nigeria o Kenia podrían ganar más importancia”.
En este sentido, en la región se han consolidado Chile con 4,9%, Brasil con 4,1% y Colombia con 2,9% como los países con mayor participación del sector respecto al PIB. Sin embargo, se está bastante lejos de los topes que alcanzan economías desarrolladas como Corea de Sur, Reino Unido o Japón, en los cuales se llega a 11,6%, 9,6% y 8,6%, respectivamente.
Manuel Aguilera, director general del servicio de estudios de Mapfre, indicó que algunas de las principales razones para que el sector haya tenido un crecimiento tan lento respecto a otras economías, incluyendo emergentes notables como Sudáfrica, China o Emiratos Árabes Unidos, se debe a problemas como frecuentes crisis económicas, desigualdad de ingresos, baja cultura del ahorro y la desconfianza hacia el sector financiero que han impactado a la industria aseguradora.
No obstante, si se compara con 2006, las primas regionales han crecido 1%, mientras que otros mercados desarrollados han decrecido, “revelando que se avanza lento, pero seguro, y aún hay un gran potencial por aprovechar debido al aumento progresivo de los ingresos de la población en la región y una consciencia cada vez más importante de las personas sobre la importancia de tomar algún producto del portafolio de seguros en sus países”, expresó Augusto Méndez, investigador de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros.
Durante 2017, la industria latinoamericana registró un volumen total de primas cercano a US$159.217 millones, un 8,6% más que el año anterior, según las cifras de Mapfre. En este sentido, destacan las cifras del segmento vida con un aumento de 9%, mientras que los generales revelan un crecimiento de 8,2%, entre los cuales los seguros de automóviles son los más importantes con el 19,2% del total de primas, seguido por salud con el 10,5%.
La buena perspectiva del sector también la revela el estudio ‘Demanda de seguros en Colombia 2018’ realizado por Fasecolda, que demostró que los seguros permanentes, es decir, aquellos que se renuevan por más de cinco años, se encuentran bien posicionados en el país, como es el caso de los seguros de vida que cuentan con un índice de renovación del 37,8% y mostrando que los colombianos lo ven como una inversión útil, lo que evidencia una mayor oportunidad en especial en ciudades principales para llegar con este tipo de productos.
Juana Llano, vicepresidenta de Seguros de Suramericana, comentó por su parte que para incrementar la penetración en la región, desde la perspectiva de la industria, “apreciamos desde Seguros SURA que el mayor reto es ser más relevantes y afines para las personas y las empresas, y esto también implica llegar a nuevos nichos con productos, soluciones y capacidades, tanto en el segmento de vida como en el de generales, que se ajusten a sus necesidades y expectativas, empleando los canales más adecuados. Desde la orilla de la demanda, es un reto común de la industria la necesidad de generar mayor educación y cultura del seguro en amplios segmentos de población, para que tengan conciencia de la necesidad de contar con protección ante riesgos que pueden afectar su bienestar y competitividad”.
Las perspectivas generales y cambios regulatorios
A su vez, Juan Miguel Mendieta, experto en finanzas personales de la Universidad de Chile, indicó que la proyección de la región en general se ve positiva con excepción de mercados que deberían avanzar lentamente como Venezuela o Argentina, “pero Colombia, Chile y Uruguay revelan un crecimiento en la penetración consistente, al igual que varios de Centroamérica y en esto también es clave que los grandes grupos aseguradores que operan en Latinoamérica diversifiquen su portafolio, entendiendo las necesidades de las nuevas generaciones y que, también, puedan progresar algunos avances en la regulación”.
Llano agregó que hay diversas variables que impulsan la dinámica de los segmentos de vida o generales en toda América Latina e “inciden aspectos externos como las variables macroeconómicas, el crecimiento particular de los sectores productivos, el comportamiento del poder adquisitivo en cada mercado, aspectos regulatorios locales y eventos de la naturaleza, entre otros. También hay que tener en cuenta que cada aseguradora, según su estrategia y prioridades, enfoca esfuerzos en algunas soluciones”.
En este punto, Swiss Re señala que la modernización de los regímenes de solvencia en la región forma parte de las reformas del sector que deben estar alineadas a los avances en la gestión de riesgos y la supervisión de grupos en los últimos años.
Tres países de América Latina ya han dado pasos importantes en la implementación de modelos económicos de capital basados en el riesgo: se estima que México, Brasil y Chile adoptarán marcos con un diseño similar al de Solvencia II de la Unión Europea en los próximos años.
En tanto, Colombia, Costa Rica y Perú están sentando las bases para una reforma reglamentaria integral, en simultáneo con la incorporación por partes de requisitos de capital de riesgo. El resto de los países todavía opera bajo regímenes que se asemejan al marco de Solvencia I de la Unión Europea.
Entre los principales avances se incluirían el ajuste de combinación de productos y negocios para optimizar el consumo de capital reglamentario, mayores fusiones y adquisiciones en la región e iniciativas destinadas a lograr ahorros de capital que puedan generar una mayor demanda de reaseguros. A pesar de que hay espacio para crecer, algunos de los principales riesgos tienen que ver “con la devaluación de algunas de las monedas de los principales países latinoamericanos ante la alta volatilidad de los mercados internacionales, así como una inflación acelerada o menores márgenes de crecimiento económico. Sin embargo, todo indica que la progresión seguirá siendo constante como ha ocurrido en los últimos años”, concluyó Mendieta.