Exclusivo | La respuesta del Gobierno sobre supuestos cambios en metodología fiscal

- Publicidad -   Desde hace varias semanas, analistas, operadores del mercado y hasta exministros de Hacienda han criticado lo que se ha denominado como un cambio en la metodología mediante (incluso lo llamaron maquillaje fiscal) debido a la forma en la que el Gobierno reporta sus ingresos, gastos y fuentes de financiación del déficit fiscal. […]

Colombia ya estudia ejecutar una renta básica universal
Foto: Archivo Valora Analitik

 
Desde hace varias semanas, analistas, operadores del mercado y hasta exministros de Hacienda han criticado lo que se ha denominado como un cambio en la metodología mediante (incluso lo llamaron maquillaje fiscal) debido a la forma en la que el Gobierno reporta sus ingresos, gastos y fuentes de financiación del déficit fiscal.
Mucho se ha dicho a favor y en contra, pero la respuesta del Ministerio de Hacienda es clara: No hay cambios metodológicos.
Valora Analitik consultó a la cartera de Hacienda sobre las críticas y estas fueron sus respuestas:
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A la fecha, existen tres manuales publicados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre las estadísticas de finanzas públicas. Las versiones de 1986, 2001 y 2014.
Actualmente, las estadísticas de Colombia se fundamentan en el manual de 1986, con algunos ajustes incluidos a partir del acuerdo entre del FMI y Colombia firmado en el año 2000.
El Ministerio de Hacienda se encuentra actualmente en el proceso de transición a la generación de estadísticas con el manual de 2014, proyecto que se inició hace unos siete años.
Las enajenaciones se pueden contabilizar como ingresos o recursos de financiamiento, pero todo depende del uso que les dé a los recursos.
De acuerdo con el manual de 1986, las privatizaciones que se realicen con propósitos de política pública (por ejemplo, inversiones públicas) serán registradas como un ingreso fiscal de la Nación y, con base en ello, no representa un cambio en la metodología, sino que Colombia se está adaptando a las recomendaciones de los manuales.
El Gobierno de Colombia señaló que el peso de las enajenaciones de la Nación dentro del total de ingresos históricamente ha sido bajo, por lo cual sus efectos sobre la sostenibilidad fiscal no han trascendido.
Por ejemplo, el Manual de 1986 indica que la venta de una empresa estatal se debe contabilizar como un ingreso de la Nación, siempre y cuando se usen los recursos para inversión y no para financiar el gasto corriente. Pero reiteró el Ministerio que todo depende del uso que se les dé a los recursos provenientes de la enajenación.
No se han realizado operaciones de enajenación durante este año y, en ese orden de ideas, no se puede decir que estas operaciones se han contabiliza como ingresos de una forma o de otra para la Nación.
Se hizo énfasis en que la metodología para calcular esas operaciones no la define el Ministerio de Hacienda sino los manuales de estadísticas de finanzas públicas de 1986 y de 2014, Colombia se encuentra hoy en un proceso de convergencia hacia el manual del 2014 el cual debería terminar hacia el año 2022.
Las ventas de activos del Estado no se van a agotar en el corto plazo, al menos no durante el presente Gobierno, porque el portafolio de esos activos es muy amplio, ya que contempla más de 100 empresas que totalizan alrededor de $170 billones.
La estrategia de enajenación de activos es más que suficiente para mantener la sostenibilidad fiscal durante los tres años que le quedan al actual Gobierno, estimó el Ministerio de Hacienda, siempre y cuando, las medidas adoptadas en la Ley de Financiamiento y la adopción de la factura electrónica obtengan el 100% de sus beneficios estimados para el escenario de ingresos en el mediano plazo.
El Gobierno cree conveniente vender activos que tienen bajo rendimiento y que son intensivos en inversión. Algunas de ellas tienen un dividend yield inferior al 5 %.
Esa política de enajenación de activos busca mantener los ingresos del país y, al mismo tiempo, evitar que haya nuevas reformas tributarias que les cambien las reglas de juego a las personas y las empresas, lo cual, a su vez, podría afectar las decisiones de inversión y las perspectivas de crecimiento de largo plazo de la economía.
El Gobierno se mantiene en una posición conservadora respecto a la venta de activos y ratifica su decisión de realizar enajenaciones equivalentes al 0,6 % del PIB en los próximos años sobre un portafolio valorado en $170 billones.
Hablar de un cambio metodológico es incurrir en una imprecisión porque eso implicaría redactar un nuevo manual cuando, en realidad, lo que se está haciendo es acogerse a un manual que ya está escrito.

 
Ganancias del banco central

En el caso de la discusión de por qué ahora el Gobierno decidió contar como ingresos de la Nación las ganancias del Banco de la República, el Ministerio de Hacienda dijo que se trata de una práctica regular en otros países que usan los manuales de estadísticas de finanzas públicas oficiales.
Se puso como ejemplo que todos los años el Gobierno incluye dentro de sus cuentas fiscales las ganancias de Ecopetrol y eso no se ha criticado en el pasado. Colombia estaba desactualizada en cuanto a poner en práctica esa inclusión de ganancias del emisor.
Al respecto, se detalló que, antes, en la crisis económica de 1999 una de las recomendaciones del FMI era que para evitar más crisis fiscales y financieras era importante contar las utilidades transferidas por del banco central como recursos de financiamiento. Esa práctica se ha venido a menos porque el Banco de la República ha ratificado su independencia y desde 2001 adoptó un esquema de inflación objetivo.
Y para garantizar que esa es una práctica adecuada, el propio FMI avala que las ganancias del emisor se cuenten por encima de la línea, es decir, como ingresos fiscales.
En ese caso, el Ministerio de Hacienda demostró mediante pruebas econométricas que actúan de manera contracíclica en la economía. Es decir, cuando la economía va bien, las utilidades del banco central tienden a ser más bajas (incluso a dar pérdidas) y viceversa, cuando la economía va mal el banco genera mayores ingresos. Esos ingresos se contabilizarán como un excedente financiero.
En resumen, las ganancias del Banco de la República contribuyen a la estabilidad de los ingresos fiscales y eso genera un parte de tranquilidad.

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