La publicación semanal The Economist reveló un documento en el cual analiza el comportamiento y la situación actual de las principales compañías petroleras de América Latina.
Para el medio británico, las petroleras latinoamericanas suelen tener una mala gestión del efectivo en tiempos de bonanza.
“Eso incluye verter demasiado dinero en las arcas del gobierno y muy poco en la inversión para el crecimiento futuro”, dice el texto.
En 2013, cuando el precio del petróleo alcanzó los US$100 por barril, la petrolera mexicana Pemex transfirió aproximadamente la mitad de sus ingresos al Gobierno de México.
Según cayeron los precios del petróleo, las compañías petroleras de América Latina acumularon pasivos a largo plazo de más de US$400.000 millones, o el 8,5% del PIB combinado de sus países.
El otro problema que resalta The Economist es el uso inadecuado de las compañías petroleras por parte de políticos y altos ejecutivos de los respectivos gobiernos.
“Los escándalos de corrupción sacudieron a Petrobras (Brasil), Petroecuador (Ecuador) y Pemex (México), así como a Pdvsa (Venezuela). Petrobras cayó en picada cuando se supo que las empresas de construcción pagaban a los políticos brasileños miles de millones de dólares en sobornos a cambio de contratos acolchados para construir refinerías y otras infraestructuras”, dice el documento.
La tercera dificultad es que las petroleras siguen siendo susceptibles a “los caprichos políticos” de cada Gobierno.
De otro lado, el escrito destaca a Ecopetrol como la petrolera de mejor comportamiento dentro de la región, sin embargo, advierte que las reservas de la compañía han venido bajando y que para potenciarlas es necesario la alianza con otras compañías para desarrollar el fracking en el país.
“Los petroleros latinoamericanos están demasiado consumidos por los viejos desafíos para enfrentar estos nuevos como lo son la transición energética y la lucha contra el cambio climático”, finalizó el documento.
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