La decisión de la Organización Marítima Internacional (OMI) de reducir los topes de azufre de los combustibles que se usan en altamar de 3,5% a 0,5% desde enero de 2020 tendrá un importante impacto benéfico para el medio ambiente, pero, a su vez, alzas en los costos de estos pues se requerirán combustibles de mejor calidad y procesos para adecuarlos.
Actualmente, las refinerías y los transportistas marítimos de todo el mundo implementan planes y esfuerzos para cumplir este propósito. Al mismo tiempo, todos los fabricantes, mayoristas y minoristas, están implementando acciones para mitigar los mayores costos de transporte que inevitablemente se producirán como resultado del cambio, pero de los que aún no se tiene exactitud sobre cuánto podrá ser su incremento.
No obstante, se estima que cada barco deberá instalar depuradores por valor de US$2 millones, sin contar costos de operación y eliminación del azufre, entre otros valores, lo que elevará el transporte marítimo en general.
Así mismo, el precio internacional del petróleo tendrá un peso relevante, pero es difícil pronosticar cuánto podrá variar a 2020, debido a la alta volatilidad de los últimos meses, lo que, sumado a los costos e infraestructura para mejorar la calidad, impactarán el valor final.
Actualmente, los combustibles más bajos en azufre cuestan US$200 por tonelada más que los convencionales.
La última vez que la OMI bajó los márgenes de azufre de combustible marítimo fue en 2012, cuando redujo de 4,5% a 3,5%. Ahora, la disminución para 2020 es sustancialmente más marcada, una reducción de siete veces al 0,5%, que también se verá reflejado proporcionalmente en las finanzas de los transportadores y clientes.
El secretario general de la OMI, Ketak Lim, expresó que «se espera que tenga un impacto benéfico significativo en el medio ambiente y en la salud humana, en particular la de las personas que viven en ciudades portuarias y comunidades costeras”.
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